Enfrentar a los alumnos de manera constante a una gran variedad de textos es solo el inicio de la comprensión lectora. Para avanzar de manera exitosa, será preciso no solo leer los textos, sino utilizarlos para resolver problemas de la vida cotidiana, reflexionar sobre su estructura, generar preguntas, entre otros.
Desde el inicio de la vida escolar se les enseña a los niños a leer y escribir, ya que éstas son herramientas fundamentales y que con el pasar de los años se van haciendo más necesarias. Esto pasa porque, en un futuro tendrán que enfrentarse al estudio de largos textos y la comprensión de éstos, independiente de la carrera que elijan o a lo que se dediquen, y para ello, la principal competencia que deben manejar y que es fundamental para todas las materias, es la comprensión lectora, la cual debe desarrollarse desde la primera infancia y durante toda la etapa escolar.
Si bien en promedio la capacidad lectora en Chile está al mismo nivel de países de la OCDE, al desglosar las cifras se puede apreciar que los estudiantes de colegios municipales se encuentran más cercanos a países de África y Centroamérica, mientras que sus pares de establecimientos pagados lo están de las naciones desarrolladas. Sin embargo, esto no afecta únicamente a las personas en etapa escolar, sino que también al resto de la población, ya que en su conjunto sólo el 2% entiende lo que lee. Además, se pudo observar que los jóvenes de países como Perú y Colombia tienen graves problemas en cuanto al desarrollo del lenguaje, quedando rezagados respecto a los países de la Ocde con 401 y 412 puntos respectivamente, siendo el promedio 487 puntos.
En ocasiones se piensa que ser un buen lector es una persona que lee con frecuencia y rápido, incluso se tiende a celebrar cuando un niño o niña logra descifrar los textos a muy temprana edad, sin embargo; este proceso es una pequeña parte del acto lector. Pero, en este sentido es común que en diversos ámbitos se aborde la comprensión lectora desde la formación del hábito, con énfasis en la decodificación, y no desde la competencia.
Pero, ¿qué es un hábito? Este concepto tiene la característica de la repetición, es decir, hacer algo de manera repetida y rutinaria se traducirá en un hábito a través del tiempo. Reducir los esfuerzos en formación de lectores al desarrollo del hábito lector, significa asegurar la lectura en la escuela de manera constante y rutinaria, dejando de lado la reflexión, análisis, valoración y los múltiples usos que se le pueden dar a los distintos textos.
“Si bien un buen lector se suele enfrentar de manera constante a textos, enfrentarse de manera repetida a éstos no necesariamente nos asegurará ser buenos lectores. La parte fundamental está en la reflexión, análisis, uso y apropiación de la cultura escrita, y eso va más allá del acto repetitivo. Para avanzar de manera exitosa en esa ruta, será preciso utilizarlos para resolver problemas de la vida cotidiana, reflexionar sobre su estructura, generar preguntas; provocar un posicionamiento frente a lo que se lee; evidenciar que el acto lector puede tener más de un objetivo y en ocasiones ese objetivo puede ser simplemente leer”, comenta Grisel R. Núñez, Diseñadora de Experiencias de Aprendizaje en Beereaders, plataforma chilena que busca mejorar la comprensión lectora de escolares dándoles acceso a una amplia gama de textos.
Hoy en día, el avance de internet permite que el acceso al conocimiento sea mucho menos engorroso de lo que pudo haber sido hace no mucho tiempo. De este modo, la tecnología convierte los hábitos de lectura en una lectura enriquecida. Esto se debe a que, al día de hoy, existe la posibilidad de leer a través de cualquier dispositivo (ya sea celular, tablet o computadora), sin límites de tiempo y espacio.
Para Grisel la lectura no solo desarrolla habilidades del pensamiento e incide en nuestra inteligencia, nos ayuda a comprender mejor nuestra realidad. “De modo que una cápsula de lectura en ayunas, después de comer y antes de dormir, todos los días siempre nos hará bien; pero será aún mejor si la acompañamos de reflexiones, confrontaciones, usos, exploraciones, comparaciones, interpretaciones, necesidades y metas. Es decir, transformar nuestra práctica en un vehículo que permita que nuestros alumnos participen de manera autónoma y plena en la cultura escrita”.
¿Quién lee hoy en día un libro, el periódico o un cuento? El hábito de la lectura en pleno siglo XXI es una competencia que pocas personas desarrollan o mantienen con el fin de conocer y viajar a través del mundo de la imaginación. La lectura es un medio por el cual nos podemos comunicar.
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