Un submarino ruso chocó con el sonar de un buque de guerra de la Royal Navy que patrullaba en el Atlántico Norte, confirmó el Ministerio de Defensa británico.
La HMS Northumberland, de la clase T-23 -mismo tipo de las cuales la Armada de Chile posee tres unidades-, había estado rastreando al submarino cuando este chocó con el equipo de sonar de la nave que estaba a cientos de metros detrás de él.
El incidente, ocurrido a fines de 2020, fue captado por un equipo de televisión que filmaba un documental y se dio a conocer esta semana.
Una fuente de defensa del Reino Unido dijo que era poco probable que la colisión fuera deliberada.
El HMS Northumberland estaba buscando el submarino en el Círculo Polar Ártico después de que desapareció del radar del buque, según Channel 5, que estaba filmando para su serie Warship: Life at Sea.
El Ministerio de Defensa dijo que la fragata había localizado el submarino hunter-killer utilizando el sonar remolcado, un tubo largo equipado con hidrófonos sensibles para escuchar bajo el agua.
Un periscopio fue visto en la superficie por el helicóptero Merlin del buque antes de que el submarino ruso se sumergiera nuevamente, golpeando el sonar del HMS Northumberland.
Las cámaras de cine capturaron a la tripulación gritando: «¿Qué diablos fue eso?».
No está claro qué daños sufrió el buque ruso, si es que sufrió alguno, pero el buque de guerra tuvo que regresar al puerto de Escocia para reemplazar el equipo dañado.
En los últimos años ha habido un aumento en la actividad de los submarinos rusos, y las fragatas de la Royal Navy patrullan regularmente el Atlántico Norte.
El Ministerio de Defensa no solía comentar sobre las operaciones, pero lo ha hecho porque el incidente fue captado por una cámara.
Un portavoz declaró que: «a fines de 2020, un submarino ruso que estaba siendo rastreado por el HMS Northumberland entró en contacto con su sonar remolcado«.
«La Royal Navy rastrea regularmente barcos y submarinos extranjeros para garantizar la defensa del Reino Unido«.