Una fuerte crítica hizo el ex abanderado presidencial de Chile Vamos, Sebastián Sichel, contra los partidos de la derecha que apoyaron su candidatura, afirmando reconocer que no fue ingenuo al darse cuenta que muchos “me traicionaron por la espalda” y “abandonaron el barco”.
Así lo señala en una entrevista a El Mercurio a más de dos meses de su derrota en primera vuelta, indicando que “no se le puede echar la culpa al empedrado. No voy a caer en esos análisis simplistas. Esta elección se trataba del futuro, no del pasado. Nuestro error fue no sabernos divorciar de esto de la continuidad y del cambio, y eso no tiene que ver con Piñera. Hasta Boric supo divorciarse del pasado y plantear que esta era una elección sobre el futuro”.
“Cometí el error mortal de atraparme en esta pelea pequeña con los partidos de Chile Vamos, pero esto fue un problema mío de no entender que esta elección se trataba sobre el futuro. El país cambió radicalmente y el 18 de octubre (2019) eso se hizo evidente. Lo que se pedía era acelerar los cambios y el sector en que yo ‘quedé atrapado’ se resistió a esos cambios, no adhirió a la reforma”, señala Sichel como una especie de mea culpa.
En ese sentido, Sichel expresó que “no voy a pecar de soberbia. Yo estaba allí creyendo que este era un debate también de cómo reivindicar lo hecho en el pasado. Sin embargo, la gente no necesita que le digan que está mejor que en décadas anteriores, ¡lo sabe! Se sacaron la cresta para llegar donde están gracias a su propio esfuerzo. Quieren que se les hable del futuro, y yo estaba entreverado en la discusión con los partidos de Chile Vamos por su apoyo. Debí haber reaccionado antes. Insistí demasiado en un matrimonio mal avenido”.
Respecto al error que cometió de no haber integrado a los partidos de Chile Vamos a su campaña presiencial, el ex ministro dijo que “no, aquí mi error fue haber confiado demasiado. Ocurrió algo bien impresionante: que una persona independiente y de centro triunfase en una primaria. Esperé una fidelidad y un compromiso común a partir de ese día. Los votantes de Chile Vamos me habían escogido. Representaba una mirada joven, de centro y nueva; pero ya al día siguiente me di cuenta de que había muchos que no querían eso”.
Sichel agregó que “nadaba contra la corriente de una cultura que, en realidad, quería lo tradicional, lo viejo, una derecha que no hablara sobre la modernidad y que su candidato fuera Kast o alguien como Lavin. Yo les era incómodo. Era obvio que yo no venía de esa cultura, pero terminé siendo el invitado de piedra, pero un invitado de piedra que había ganado con votos su derecho a representar al sector”.
“Fue precioso que hubiera más de 15 mil independientes en red. Sacamos una votación increíble en la primaria, contra todo pronóstico. Y me sentí muy acompañado por algunas personas de los partidos de la centroderecha también”, precisó.
Incluso afirmó que “lo que me sorprendió fue que pronto, después de la primera vuelta, me dijeran que todos éramos del mismo sector que Kast. ¡Si no lo éramos!: Kast estuvo fuera de nuestra primaria y fue hasta oposición cuando yo estaba en el Gobierno, no éramos parte del mismo proyecto político. Yo no quería que ganara Boric y la izquierda, pero eso no me igualaba a Kast. Para algunos, ser de derecha era más importante que la gobernabilidad de Chile o que no ganara Boric”.
Finalmente, el exabanderado de la derecha disparó indicando que “no soy ningún ingenuo y es evidente que me di cuenta cuando me traicionaron por la espalda y abandonaron el barco, y pude predecir el impacto que eso tuvo en la votación que tendría. No se requiere ser analista electoral”.