· De acuerdo a un estudio realizado por académicas de la Universidad del Alba, existen importantes brechas en el rol de la mujer en cargos de poder, a pesar de que la fuerza laboral femenina en la educación superior alcanza el 60%.
El 2018 el mundo vio cómo el movimiento #MeToo tomaba fuerza, llegando de la mano con una nueva ola feminista que exigía no más abusos, pero también equidad de género. Esta situación llamó la atención de las abogadas y académicas de la Universidad del Alba, Carmen Luz Parra y Pamela Noseda, quienes a través de la investigación “El enfoque de género como criterio de calidad en la educación superior”, demostraron que a pesar de que casi el 60% de las plantas administrativas de las instituciones de la educación superior están conformadas por mujeres, sólo un pequeño porcentaje alcanza a ascender y tomar puestos directivos.
De acuerdo al estudio, el 70% de las universidades chilenas posee un departamento de equidad de género, pero de 55 universidades solo un 4% tiene una rectora. A esto se suma que solo un 27% de los cargos de universidades son dirigidos por ellas, además de que una sola entidad tiene tres vicerrectoras, mientras que 26 casas de estudios no tienen ninguna mujer en ese cargo. “Además, hay una brecha salarial en torno al 30% entre hombres y mujeres, con saldo a favor para los hombres ante igual labor”, señaló Parra.
Ante esto las académicas proponen instaurar más exigencias en las políticas de género de las universidades, para que las instituciones cumplan más requisitos en sus procesos de acreditación, que tengan que ver con la equidad de género. “De esta forma, si los planteles no cumplen con ciertos criterios en el área, que fomenten la participación de las mujeres en cargos directivos, la acreditación se hace más difícil. La idea es acortar las brechas”, explicó Parra.
El trabajo, que fue presentado en el Congreso Nacional de Educación Superior durante el año pasado, plantea la necesidad de mirar más allá y no solo enfocarse en el acoso sexual, ya que los problemas de equidad de género son más profundos: “Un ejemplo de esto es que menos del 50% de las instituciones tiene sala cuna, a pesar de que más de la mitad de las personas que ingresaron a la educación superior entre 2019 y 2020 fueron mujeres”, indicó Noseda.
Con todo, hay avances que se han visto impulsados por los movimientos de 2018 que marcaron un momento de inflexión y llevaron a la discusión y posterior promulgación de la ley que prohíbe y sanciona el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la educación superior. Sin embargo, tras este estudio las académicas de la Universidad del Alba proponen establecer la equidad de género no solo como criterio para las universidades del Estado sino también incluir a las privadas y profundizar en este aspecto para el aseguramiento de la calidad del nuevo sistema.