El arzobispo anglicano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz 1984 y veterano de la lucha de Sudáfrica contra el gobierno de la minoría blanca, murió este domingo a la edad de 90 años, dijo la presidencia.
«El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado», afirmó el presidente Cyril Ramaphosa en un comunicado.
Ramaphosa expresó «en nombre de todos los sudafricanos», su «profunda tristeza tras la muerte» de esta figura esencial de la historia sudafricana, después del fallecimiento en noviembre de Frederik de Klerk, el último presidente blanco del país.
La «Nación del Arcoíris»
«Un hombre de extraordinaria inteligencia, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid, también era tierno y vulnerable en su compasión por aquellos que habían sufrido la opresión, la injusticia y la violencia bajo el apartheid, y por los oprimidos y los opresores de todo el mundo», recordó Ramaphosa.
Tras la llegada de la democracia en 1994, y la elección de su amigo Nelson Mandela como presidente, Desmond Tutu, que dio a Sudáfrica el apelativo de «Nación del Arcoíris», presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), creada con la esperanza de que pasara la página del odio racial.
La «profunda tristeza» de Boris Johnson
El primer ministro británico, Boris Johnson, expresó este domingo su «profunda tristeza» por la muerte de Tutu, de quien elogió su «liderazgo intelectual».
«Fue una figura clave en la lucha contra el apartheid y en la lucha por crear una nueva Sudáfrica. Lo recordaremos por su liderazgo espiritual y su incontenible buen humor», escribió Johnson en Twitter.
El «Arch», diminutivo de arzobispo en inglés, estaba debilitado por un cáncer de próstata diagnosticado en 1997 y ya no hablaba en público, pero nunca olvidaba saludar a las cámaras presentes en sus apariciones.
Con su imborrable sonrisa o con una mirada pícara detrás de la mascarilla seguía cautivando las miradas, ya fuera cuando acudió a vacunarse con el covid-19 o cuando asistió a una ceremonia religiosa para celebrar sus 90 años.