· Existe resistencia al tratamiento por el desconocimiento de sus beneficios y el impacto positivo en la calidad de vida de la mujer.
· Poder prevenir o minimizar el riesgo de fracturas óseas complejas y de pronóstico difícil o prevenir la ocurrencia de problemas cardiovasculares, son algunos de los beneficios de usar terapia de sustitución hormonal en el climaterio.
A medida que se envejece los niveles de testosterona comienzan a disminuir en las mujeres y sobre los cuarenta aparecen algunos de los primeros síntomas: baja energía, ansiedad, confusión, disminución de la libido, aumento de peso, entre otros. Más tarde, a medida que se acercan los cincuenta, disminuyen también los niveles de estrógeno y progesterona, lo que termina en la menopausia con sus síntomas clásicos de sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor, problemas para dormir y sequedad vaginal.
El climaterio es parte del ciclo endocrino en el que finaliza la producción de hormonas femeninas y que, del mismo modo que las adolescentes aprenden a regular su ciclo menstrual con la ayuda de anticonceptivos orales, las mujeres en etapa climatérica deben hacerlo, pero con otro fin: permitir a su cuerpo no experimentar, o aminorar, el impacto de la supresión hormonal. Al elegir utilizar la terapia de reemplazo hormonal no solo se evita el desarrollo de los síntomas, sino que también se evitan las enfermedades crónicas como la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de mama.
“Junto con los sofocos, vemos que la falta de estrógenos también es responsable de cambios en el ánimo, alteraciones en el sueño y cambios bruscos de estados de ánimo. Es como que el organismo sufre un reajuste violento, similar al síndrome de abstinencia, al dejar de producir la hormona que ayuda, precisamente, a regular estas funciones”, comentan desde el laboratorio Gedeon Richter, especializados en la producción de fármacos anticonceptivos y terapia de reemplazo en el climaterio.
“Si no se considera el contexto de la menopausia, estos síntomas podrían ser fácilmente confundidos con patologías cardíacas o trastornos del ánimo como cuadros depresivos”, agregan desde Gedeon Richter, un dato importante si se toma en cuenta la esperanza de vida de las mujeres en Chile se proyecta en 82,1 años (INE). “Esta cifra significa que las mujeres viven casi más tiempo sin producir estrógenos de manera natural que el tiempo entre el inicio de la menstruación y la menopausia. Si una mujer inicia su menstruación a los 12 años y su menopausia se declara a los 50, significa que vivió 38 años produciendo hormonas; y si proyectamos que vivirá hasta los 82, estará 32 años sin estrógenos y sufriendo síntomas que alterarán su calidad de vida”, añaden desde el laboratorio.
Entre los clásicos mitos en torno al consumo de hormonas en el climaterio, está que éstas producen efectos adversos como generar cáncer. “La terapia de reemplazo hormonal no tiene como efecto secundario el cáncer, sino al contrario: los pacientes con cáncer hormono-dependientes (como cáncer de cuello uterino o de mamas) no pueden recibir este tratamiento”, explican desde el laboratorio. Del mismo modo, Gedeon Richter hace hincapié en que la falta de estrógenos es un factor importante de riesgos, ya que sin estas hormonas circulando por el organismo hay un aumento en la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, ACV después de los 50 años, además de mayores riesgos de osteoporosis, demencia e incluso Alzheimer.
La terapia de reemplazo hormonal viene en diferentes formatos, como comprimidos orales, parches y hasta pulverizadores transdérmicos, como el medicamento Lenzetto, desarrollado en Europa por el laboratorio Gedeon Richter. “El estradiol es el compuesto activo y se administra con dos dosis diarias sobre la piel en zonas de fácil absorción, como la cara interior del brazo entre el codo y la muñeca”, detallan. El medicamento está a la venta en farmacias del país, bajo receta médica y control ginecológico.