A casi dos años de la pandemia que azotó a nivel mundial, los estilos de vida de millones de personas cambiaron, tanto en su entorno personal como laboral. Precisamente, este último punto logró una rápida adaptación hacia el mundo tecnológico, disparando los niveles de digitalización a números que se esperaban en al menos 5 o 10 años más. Pero esto no significa que sea efectivo.
“Es importante establecer que la transformación digital no es comprar más tecnología, ni invertir más en artefactos de última generación, sino que es un cambio cultural, es súper importante entender eso. De nada sirve tener todos estos avances si después esos datos no los utilizo. Ocupar la tecnología como corresponde es un tremendo desafío”, señala el experto en transformación digital Christian Stange, director de innovación de Tres60 Holding.
Desafío que, sin duda, tendrán las miles de empresas que se comienzan a preparar para este gran salto. De acuerdo a las predicciones de la IDC FutureScape 2021, la inversión en nuevas tecnologías por parte de las empresas alcanzará, en promedio, unos $460 millones de dólares entre el periodo de 2020 a 2023, de los cuales, al menos el 35% será destinado a la nube. Además, se espera que a final de 2021 al menos un 75% de las grandes empresas de Latinoamérica implementen mecanismos para evolucionar a una infraestructura centrada en la nube.
Positivas proyecciones y aún más los beneficios que entrega, pero su proceso no es tan sencillo como parece, más aun considerando que el costo de la tecnología es alto.“Whatsapp es el más claro ejemplo de un cambio cultural, hoy podemos enviar textos, audios, videos, fotos, hacer historias, llamadas grupales, etc. Pero cuando nació en el 2009 ¿te hubieras imaginado cómo sería hoy?, no podríamos sacar el máximo potencial de la herramienta si no hubiésemos comenzado sólo con texto para luego ir avanzando a la par con la aplicación, pero ésta sabía perfectamente para donde iba, sin embargo, esperó para generar la adopción gradual que hoy nos permite usar todas sus funciones”, agrega Stange
Por esta razón, para el experto, conocer los requisitos y etapas de una buena transformación digital es fundamental:
- Cómo operan: Conocer la cultura interna de una empresa es fundamental para comenzar a pensar en la transformación digital.
- Comunicar: Luego de entender la cultura, es importante transmitirlo de forma clara y precisa al proveedor de tecnología, ellos deben comprender como funciona, mientras eso no pase no se puede comenzar con el proceso.
- Prueba y falla barato: aplicar los cambios a grupos pequeños, esto permitirá probar la tecnología a un bajo costo. Un grupo primero y luego el otro hasta alcanzar la totalidad de la organización, de lo contrario, si se abarca desde un comienzo toda la organización en conjunto, el proyecto será muy caro y su implementación no tendrá futuro.
- Costos: No es caro, si se hace bien (como indica el punto anterior) al final del proceso tendrás el retorno de la inversión. Obviamente se debe disponer del presupuesto para no frenar la escalabilidad y así permitir que el proceso avance lo más expedito posible. Al final, los resultados son de una mejora en productividad de un 10% a un 40 % (dependiendo del proceso e industria).
- Orden: Si una organización está completamente desordenada, se invertirá más tiempo en ordenar y formalizar sus procesos, por lo contrario, una empresa con sus procesos claros y datos unificados no gastará tiempo ni recursos antes de comenzar la digitalización.
- Plazos: Antiguamente los proyectos de transformación digital eran demasiado grandes por lo que los primeros resultados se daban en meses o años después. Hoy, con todo lo mencionado anteriormente en orden, entre la primera y cuarta semana ya comienzas a recibir los primeros resultados, no un análisis generalizado para tomar decisiones de alto nivel pero sí permiten ver el valor que se está generando.
Para los expertos, el gran desafío de las empresas está en romper las barreras mentales de la innovación, ir en contra de los patrones de siempre y de cómo se está acostumbrado a hacer, esto independiente de toda la tecnología que se pueda adquirir.