La grave crisis migratoria entre Polonia y Belarús amenaza con detonar un conflicto de grandes dimensiones. ¿La razón? El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki aseguró este 9 de noviembre que la tensión podría aumentar en los próximos días, incluso, con una “escalada armada” y advirtió que su país se prepara para nuevos incidentes.
«Esperamos que en las próximas horas grupos de cientos de personas reanuden los ataques contra nuestra frontera», agregó el director de la Oficina de Seguridad Nacional de Polonia, Pawel Soloch.
El Gobierno del presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, acusado por Polonia y la Unión Europea de alentar deliberadamente el paso de migrantes desde su país, principalmente provenientes de África y Oriente Medio, replicó que está dispuesto a responder ante “cualquier provocación”. Y agregó que los señalamientos en su contra son “infundados”.
El cruce de acusaciones aviva la mecha de la disputa en momentos en que en la frontera se ha registrado el despliegue de fuerzas armadas de ambos países.
El Ministerio de Defensa bielorruso indicó que Polonia ha desplegado al menos 10.000 militares en la frontera sin avisar con antelación, lo que constituye una violación a los acuerdos de seguridad conjuntos.
«Nos gustaría advertir a la parte polaca de antemano contra cualquier provocación dirigida contra la República de Belarús para justificar el uso ilegal de la fuerza contra personas desarmadas y desfavorecidas, entre las que hay muchos niños y mujeres», afirmó el ministerio mediante un comunicado.
La refutación de Minsk tuvo lugar luego de que las fuerzas de seguridad polacas cerraran este martes 9 de noviembre el cruce fronterizo con Belarús, en la ciudad de Kuznica.
Todo ocurrió un día después de que la zona protagonizara fuertes choques cuando cientos de migrantes del lado bielorruso intentaron cruzar a la fuerza a territorio polaco. Los uniformados repelieron a los extranjeros y respondieron con ráfagas de agua.
“Está en juego la seguridad de toda la Unión Europea”
El primer ministro de Polonia, que describió el incidente como un «ataque híbrido» del régimen de Lukashenko, fue más allá cuando indicó que la situación puede comprometer la seguridad del bloque de los 27 países.
«Sellar la frontera polaca es nuestro interés nacional. Pero hoy está en juego la estabilidad y la seguridad de toda la Unión Europea (…) No seremos intimidados y defenderemos la paz en Europa con nuestros socios de la OTAN y la UE», subrayó la autoridad gubernamental.
En medio de la tensión, el Gobierno polaco aumentó su presencia militar en la zona y ordenó la movilización urgente de dos batallones más en la provincia de Podlasia, en el este del país.
Asimismo, fue autorizado el traslado de fuerzas policiales de distintas ciudades, como Poznan, Gdansk y Lódz, para que se sumen a labores de vigilancia, afirmó el Gobierno.
El portavoz del Gobierno polaco, Piotr Muller, afirmó que actualmente hay entre 3.000 y 4.000 migrantes cerca de la frontera y otros 10.000 más en Belarús listos para intentar cruzar a Polonia.
La vecina Lituania informó que también podría introducir un estado de emergencia en su frontera con Bielorrusia, mientras que algo más al norte Letonia también mira con preocupación que el flujo migrante, azuzado por Minsk, busque ingresar a través de la frontera binacional hacia la Unión Europea.
¿Cómo se llegó a esta confrontación?
Según las acusaciones de Bruselas, en los últimos meses miles de migrantes principalmente provenientes de Siria, Irak, Afganistán y África han sido atraídos a Belarús con visas de turista y se les ha animado a cruzar a Polonia, Lituania y, en menor medida, a Letonia. Las tres, naciones de la Unión Europea.
La UE y el Gobierno de Polonia afirman que se trata de una represalia del mandatario bielorruso por las sanciones económicas que el bloque de los 27 países ha impuesto en su contra.
Las medidas contra la Administración de Lukashenko han sido establecidas tras las controvertidas elecciones de agosto de 2020, en las que resultó reelegido en medio de acusaciones de fraude y la represión que desató desde entonces hacia los opositores y cientos de manifestantes.
Ante el flujo migratorio cada vez mayor, Polonia decretó la construcción de un muro en la frontera con Belarús. Además, desde el pasado 2 de septiembre en la zona fronteriza rige un estado de emergencia.
«Es inaceptable que Belarús juegue con la vida de las personas con fines políticos«, sostuvo el representante del Consejo de la UE, Ales Hojs.
La Comisión Europea ha acusado a Minsk, incluso, de usar tácticas «estilo gánster» para canalizar a los inmigrantes a la UE.
Mientras las autoridades polacas se preparan para más intentos de atravesar la frontera, la Unión Europea pide más sanciones contra Minsk. Bruselas quiere extender las medidas contra las aerolíneas de terceros países que ayudan a transportar a los migrantes de Medio Oriente a Belarús.
Todo apunta a que la escalada continuará y en medio quedan miles de migrantes que intentan huir de sus países, incluidas mujeres y niños, estancados en campamentos de la frontera cuando las bajas temperaturas apremian.
(Con información de France24)