Con una extensa trayectoria en medios escritos, radio, televisión, el conocido periodista René Naranjo hoy transita hacia la política como candidato a diputado en el Distrito 10. Como parte de su campaña, y junto a las conversaciones con vecinas y vecinos, el aspirante a la Cámara encabezó un Cabildo Cultural y dio a conocer sus propuestas para reactivar el sector cultural, el cual ha resultado severamente golpeado por la pandemia y falta de apoyo directo del Estado.
Desde hace 35 años, Naranjo escribe crítica de cine y trabaja como periodista y editor en el sector cultural, en diversos medios de comunicación. También ha fundado revistas, festivales y blogs, y ha integrado los directorios de las tres instituciones culturales más importantes de nuestro país: el Teatro Municipal de Santiago, el Centro Gabriela Mistral, GAM, y la Fundación de Orquestas Juveniles, Foji.
Hoy se encuentra en una etapa distinta, como candidato a un escaño de la Cámara de Diputados por el distrito 10 (que incluye las comunas de Ñuñoa, La Granja, Macul, Providencia, San Joaquín y Santiago) como parte del pacto Apruebo Dignidad que apoya la candidatura presidencial de Gabriel Boric.
-René, en tu carrera profesional estuviste siempre ligado al mundo del Arte y la Cultura. Fuiste crítico de cine, jurado de festivales, editor y comentarista de Espectáculos y Cultura en diversos medios. ¿Por qué llegaste a la política?
-A mí siempre me ha interesado la política, como una responsabilidad ciudadana, pero los gobiernos de la transición cerraron los espacios de participación y crearon una casta que alejó a la gente y monopolizó las decisiones sobre el rumbo de la sociedad. Y así llegamos a este segundo gobierno de Piñera que literalmente le declaró la guerra al pueblo de Chile para defender los privilegios de la élite, y que instaló una terrible represión policial y militar para aplacar la revuelta social. Los crímenes contra las personas que protestaban, y la arrolladora votación en favor del Apruebo, me motivaron a participar.
-¿Y por qué quieres ser diputado, después de tan largo recorrido en el periodismo?
-Creo que hoy Chile está en un momento histórico, que exige cambios reales y profundos. Escucho a las personas todos los días en los territorios, en la feria y en la calle, y confirmo la injusticia y la absoluta precariedad que han generado los 45 años de modelo neoliberal. Tenemos que lograr una amplia mayoría en el Congreso para el gobierno de Gabriel Boric, y realizar así las transformaciones en pensiones, salud, vivienda y educación que la gente está pidiendo hace años. Hacer cambios legislativos para obtener justicia social es una responsabilidad que hoy no podemos eludir, y yo estoy totalmente comprometido con ese objetivo.
Recuperar el sector cultural
-Tú encabezaste un Cabildo Cultural donde se analizó el momento que viven los trabajadores de la Cultura. ¿Cómo ves este sector después de la pandemia?
-En este Cabildo conversamos sobre las necesidades que tiene actualmente el sector cultural, luego de que la pandemia reveló la precariedad en que se desenvuelven sus trabajadores. Este sector fue el segundo más afectado por la cesantía durante el último año y medio, los ingresos bajaron hasta en un 69% y salió a la luz el dato de que el 85% de las y los trabajadores carecen de contratos, sin previsión ni protección social. Esto no puede seguir ocurriendo. Es inaceptable que artistas y trabajadores de nuestro país estén condenados a llevar una vida precaria solo porque quieren desarrollar su vocación artística o cultural. A la falta de contratos y al cierre de recintos se agrega la escasa ayuda otorgada por el Ministerio de las Culturas, ya sea por incapacidad de la ministra como por la falta de atribuciones legales de esta entidad para otorgar ayudas directas a quienes lo necesitan. Para eso necesitamos cambiar leyes y aumentar el presupuesto del Ministerio, que esta año va de nuevo a la baja.
-¿En esa línea, y en vista de este panorama tan golpeado y precarizado, cuáles son tus propuestas para mejorar la situación?
-Tenemos que revisar los Fondos Concursables de Cultura, para reemplazarlos por formas de financiamiento que eviten la competencia entre creadores y los recursos vayan efectivamente a quienes los necesitan; el sentido de esta política pública no es apoyar con dinero a galerías de arte de Vitacura, como sucedió hace unos meses, sino a las y los trabajadores que debieron soportar un año y medio sin trabajar. Muchas personas ligadas al medio artístico debieron dedicarse a otras cosas; abrieron pymes para vender productos o lanzaron emprendimientos totalmente ajenos a lo cultural. A todos ellas y ellos debemos traerlos de vuelta, para que ejerzan su vocación y enriquezcan el decaído panorama cultural que tenemos hoy en Chile. En ello se juega parte del alma de nuestro país.
