viernes, noviembre 22, 2024

10 consejos para cuidar tus pies en verano y cómo elegir el mejor calzado

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Con la llegada del calor los pies se resienten, tras tenerlos protegidos bajo calcetines y zapatos cerrados durante todo el año. Provocando las altas temperaturas que nuestros pies salgan al descubierto, experimentando un cambio radical que puede traer consigo un daño a nuestra salud.

El verano está por llegar y con ello el cambio de calzado, zapatos abiertos, sandalias y chanclas comienzan a ser protagonistas dentro de esta época, quedando totalmente desprotegido nuestro píe, ya que los cambios de temperatura llevan a tener una transición brusca entre un calzado de invierno y uno de verano. Provocando, muchas veces, verrugas, hongos, papilomas o grietas en los talones.

Macme, la empresa líder en la importación de zapatos de seguridad se preocupa por el cuidado de los pies, entregando ciertos consejos para nuestro cuidado podológico, teniendo que prestar especial cuidado en los meses de primavera y verano.

  1. No hacer una transición brusca entre calzados: No dejar de usar calcetines de manera brusca, ya que el pie queda más expuesto a rozaduras y ampollas. Y aplicar productos antitranspirantes, porque con el calor aumenta la sudoración corporal y especialmente en los pies.
  2. Nutrir los pies: Lavarlos a diario y secarlos muy bien, sobre todo en los espacios entre los dedos. Ya que así impedimos la aparición de grietas en la piel y hongos. Además de humectar la zona para mejorar la elasticidad y evitar la proliferación de descamaciones.
  3. Protección solar: No olvidar su aplicación en el dorso de los pies al igual que en el resto del cuerpo.
  4. Pacientes diabéticos: Al caminar descalzos en la playa, deben prestar atención a los elementos cortantes que pueda haber, ya que las heridas en sus pies son difíciles de curar y ponen en riesgo la viabilidad de los pies.
  5. Cuidado con las sandalias de tiras: Estas no deben comprimir zonas del pie que estén prominentes, esto con el fin de evitar la formación de callosidades.
  6. Utilizar sandalias en la playa y piscina: Esto para prevenir el contagio de infecciones como hongos y papilomas, por lo tanto, no es recomendable andar descalzo en piscinas ni baños públicos.
  7. No usar calzados planos: Este tipo de zapato no cuenta con la amortiguación necesaria para los golpes que se producen al caminar, causando dolencias de larga evolución.
  8. Caminar por la orilla de la playa: Este ejercicio es beneficioso, pero se debe ajustar la distancia a la capacidad y posibilidad de soportar el esfuerzo muscular al que sometemos a los pies en esta situación. Por ejemplo, las personas que tienen un arco plantar aumentado o disminuido pueden sentir cansancio.
  9. Cuidar las uñas: Es imprescindible tener un correcto corte de las uñas, con el fin de evitar que se claven en los laterales y causen dolor e infecciones.
  10. Calzado correcto: Zapatos con materiales transpirables, esto con el fin de evitar la acumulación de calor y transpiración. Por otro lado, si usamos calzado deportivo con mucha frecuencia, es preferible tener más de un par para permitir un mínimo de 24 o 48 horas de ventilación entre puesta y puesta.
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