El candidato presidencial de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, manifestó este viernes su «dolor, rabia y profunda molestia» por la entrevista que realizó el diario digital The Clinic a su expadrastro Saúl Iglesias, acusado por el abanderado de propinarle a él y su madre maltratos psicológicos y físicos.
Por razones aún poco claras, Sichel optó por eliminar su primera declaración publicada esta mañana desde su cuenta personal de Twitter y cambiarla por otra. A continuación, las diferencias publicadas en la red social por el usuario «replicas«:
La polémica entrevista
En su entrevista con The Clinic, Iglesias dio a conocer su versión ante las denuncias que el candidato presidencial hizo en su reciente libro autobiográfico «Sin Privilegios», y sobre las que se ha referido de manera muy somera en diversas entrevistas.
Así, comenta que «es mucha la mentira y la tergiversación (…) El niñito que anda ahí, el venezolano que anda pidiendo, ése es un niño vulnerable. Yo nunca mandé a mis hijos a mendigar. Nunca pasaron hambre. Y Sebastián eso lo sabe».
Iglesias aseguró que en su adultez «él me invitó a su departamento, tengo las fotos. Incluso le llevé una caña de pescar de acá de Iquique, se la llevé como regalo. Estuvimos hablando y me contó que él tenía autos antiguos, que había estado en Alemania. Incluso, vino después a Iquique, y le presté el vehículo (…) Yo nunca toqué a Sebastián. Nunca le pegué. Nunca le pegué a mi hija. Nunca los castigué. Nunca fui violento con ellos. Yo traté de que ellos llevaran una vida lo más normal posible».
La declaración de Sichel
A través de la mencionada declaración pública (enmendada con posterioridad), el candidato presidencial hizo hincapié en que la ex pareja de su mamá es «una persona con antecedentes penales, que en la publicación normaliza la violencia intrafamiliar, el consumo de drogas, el abandono y el maltrato a menores de edad, y que la abierta tergiversación y difusión inescrupulosa produce un daño irreparable a mi familia».
Asimismo, hace hincapié en que la entrevista «es una publicación malintencionada, que no alcanza los estándares éticos mínimos y de rigor periodístico. La publicación le hace daño a alguien que ha dañado a personas y familias para seguir haciéndolo, ahora con fines políticos. Lo que hace el medio es darle credibilidad al agresor y no a las víctimas, justo lo contrario a lo que deberíamos hacer: perseguir a agresores y defender a víctimas. No todo vale en política».
«Los candidatos presidenciales estamos expuestos al escrutinio público, pero no las mujeres de su familia expuestas a la revictimización. Si un medio normaliza frases como que un tipo le pegaba a su mujer ‘quizá alguna vez, pero no todos los días’, que admite tener otras dos causas de violencia intrafamiliar -a otras dos familias-, y le da credibilidad al resto del relato a alguien que hace más de 30 años abandonó a su hija y familia, se acabó la protección de la familia y la defensa de la mujer», acusó.
«Vamos a seguir trabajando para devolverle la dignidad a la política, pero también, para demostrar que no todo vale cuando debatimos temas públicos», cerró el candidato.