El ex diputado Rojo Edwards (Republicano) en entrevista en CNN Chile dijo que las revelaciones de PandoraPapers no eran una invención de la izquierda com enunció el fanático senador UDI Iván Moreira. Lo dicho por Rojo Edwards lleva impreso otro mensaje: se vuelve a instalar la desconfianza en Sebastián Piñera cuya vida política y empresarial ha estado marcada por escándalos, negocios al filo de lo ética y moralmente aceptable. Solo basta recordar el episodio del Banco de Talca o el uso de información privilegiada para hacer suculentos negocios, como ocurrió con Exalmar en Perú, mientras Chile debía enfretar la demanda marítima, pero eso no le importó a Piñera, primero sus negcios.
Piñera de una poco solida raíz política de derecha –como su delfin Sebastían Sichel– juega a ser un «winner» o un «pillo» chileno que aprovecha todas las circunstancias para hacer fortuna y vaya que lo ha logrado, de hecho en mayo de 2017 INFOGATE.CL publicó: «La declaración de patrimonio del pre candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, abrió un nuevo flanco de ataque y coloca en duda la veracidad de su fortuna, ya que según el documento entregado al Servel señala que el monto su dinero llega a los US$600 millones, lo cual se contradice con el ranking de la revista Forbes hecho en marzo pasado y que lo ubica en unos US$2.700 millones. Esta fortuna se incremtó según el mismo informe Forbes de abril de este año situando a Piñera y su familia como la cuarta fortuna más grande de Chile con US$ 2.900 millones.
Pero a Piñera le incomoda hablar de su fortuna: “Mi madre siempre me ha dicho que es de mal gusto contar la plata”.
Lo concreto es que conocido lo de Dominga-Délano y la Tercera Claúsula, Piñera retrocede a los abismos del repudio ciudadano que siente que él nuevamente usa y abusa de su posición como máxima autoridad de la nación para beneficiarse y hacer y deshacer en negocios aunque él diga que nada sabe porque sus negocios están bajo fideicomiso ciego, tal como lo señaló este lunes en La Moneda: «Es verdad que la política chilena está viviendo hoy un clima de mucha descalificación y de poco respeto por la verdad. Sin embargo, me parece absolutamente inaceptable que se utilice una información ya conocida por la opinión pública, sobre la cual ya se pronunciaron sobre mi total inocencia los máximos Tribunales de Justicia de nuestro país, descartando la existencia de cualquier irregularidad o delito y, además, estableciendo la nula participación de este Presidente«, aseverá; pero la verdad es que NADIE LE CREE.
En este escenario, y a pocos días del 18-O, suena con fuerza en el Congreso usar el recurso de Acasación Constitucional para destituir al Mandatario aunque le falte poco para dejar el poder ya que -sostuvieron los diputados de la oposición- «está la disposición» para acusarlo constitucionalmente y para ello asesores legislativos y abogados entregarán este martes la viabilidad de acusar al Presidente de turno.