La campaña presidencial de este 2021 se está transformando en una batalla campal, una pelea entre pandilleros en que la violencia y descrédito verbal es la constante, luego de las “roscas” que hemos apreciado en ambos lados del espectro político. Yasna Provoste contra Gabriel Boric, Sebastián Sichel contra José Antonio Kast, y expresan lo que la ciudadanía ya no soporta y se refleja en las encuestas donde la élite política está, literalmente, en el suelo y discutiendo temas que a nadie le importa, ya que la gente de a pie se encuentra enfocada en el alto costo de la vida, el precio de los tomates, el pan, el alza de las bencinas, el gas licuado y la subsistencia diaria, lo que esta totalmente fuera del foco de los «campañeros».
Y es que la guerra de trincheras en que se ha convertido la carrera para llegar a La Moneda, un cargo apetecido por toda la élite política, ha llevado a que cada día que pasa, a menos de 23 días de las elecciones, escuchemos los dimes y diretes de un comando a otro o directamente desde un candidato contra otro llevando el tema presidencial a una loca lucha por el poder sin mayores contenidos y propuestas serias que espera la ciudadanía que estpa agotada de esta mala política.
Desde la derecha
Hay que mencionar que la derecha, que en un principio se mostraba mucho más unida que la centroizquierda en lograr el objetivo, ha sido socavada por la denominada “encuestitis”, y por el propio candidato que nunca ha sido ni será de centroerecha y se suma al éxodp de cientos de adherentes del candidato de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, que están abandonano un barco que hace aguas por todos lados y han desembarcado en la campaña del candidato de la derecha real, José Antonio Kast.
Y es que parece, tal como ha dicho el coordinador de Sichel, Pedro Browne, la derecha tradicional no se traga el hecho que un independiente con pasado DC haya ganado las primarias del sector en desmedro de quien pertenecía al ADN de la casta política de derecha, Joaquín Lavín, quien fue considerado el sempiterno aspirante a llegar a La Moneda y que sucumbió ante lo que podríamos denominar un “nuevo Chile” y que incluso se sumergió en un “ostracismo” en España donde se autoexilió.
Este experimento de un «jurel tipo salmón» (sichel de derecha siendo DC) no es aplicable a la política, porque a diferencia de la lata acá se requiere de algo más profundo que es generar confianzas, y sichel NO generá confianza.
Sin embargo y pese al buen resultado que obtuvo Sichel en las primarias, su adhesión y marcación en las encuestas fue disminuyendo día a día luego de varios errores “no forzados” que cometió como el no responder a tiempo si había retirado su 10% siendo un detractor de esta política pública o el de no admitir que fue lobista cuando la candidata DC, Yasna Provoste, le enrostró en uno de los tantos debates que se han hecho.
Esta situación fue en escalada hasta que el “globo” reventó, ya que muchos de sus seguidores comenzaron a dejarlo solo y optaron por respaldar a Kast, todos militantes de la UDI, pero también algunos parlamentarios de RN que han visto como el líder del Partido Republicano ha ido en ascenso en desmedro de Sichel y los identifica en un sector que en el último tiempo ha sido disminuido hasta casi la extinción.
Los argumentos esgrimidos para dejar la candidatura de Sichel a un lado e inclinarse a favor de la extrema derecha son variopintos, ya que algunos están sentidos con que el ex presidente del BancoEstado los haya amenazado ante un cuarto retiro o los enrostrara porque se manifestaron en estado de reflexión y no definición de apoyar a quien se alzó con el triunfo de las primarias.
Y es que los golpes no han cesado en estas últimas semanas, puesto que las declaraciones van y vienen, como cuando el timonel de RN, senador Francisco Chahuán, criticó el descuelgue de la campaña de Sichel y los tildó de “oportunistas”.
En ese sentido, el legislador lamentó lo que calificó como “descuelgues oportunistas en base a encuestas que muestran fotografías de un momento, finalmente tomen decisiones de abandonar al candidato presidencial del sector”.
Incluso el propio Browne fue más allá y dijo que “lo más patético que puede haber en política es guiarse por encuestas y no por convicciones”, en lo que es una crítica directa a quienes han expresado su respaldo a Kast y dejando de lado lo acordado en las primarias de cerrar filas en torno al abanderado que ganó dichos comicios.
La centroizquierda no queda fuera
A pesar que en las últimas semanas los ojos han estado puestos en la derecha, la centroizquierda no queda ajena a esta “pelea” de egos y de lograr desmoronar al contrincante, ya que desde los comandos de Yasna Provoste y Gabriel Boric, los cuestionamientos han sido mutuos y que se han intensificado por los errores cometidos por el diputado del Frente Amplio sobre las cifras económicas o su ambivalencia de opinión sobre el cuarto retiro o, lo que ha sido considerado la guinda de la torta, la bajada de su programa de gobierno desde su página web argumentando para ello que se le están haciendo mejoras.
Esto último ha sido utilizado por la propia abanderada del Nuevo Pacto Social para poder atraer agua a su molino ante el tercer lugar que mantiene en las preferencias de la ciudadanía en los sondeos de opinión, señalado que no poseer un programa de gobierno donde se define lo que se pretende hacer ante la posibilidad de llegar al poder, jugaría en contra del aspirante a La Moneda.
“Este programa forma parte de nuestra carta de navegación y el compromiso que hacemos con nuestro país, y nos parece que eso es lo serio, nos parece que eso es lo que permite elevar el debate respecto a lo que nosotros planteamos está escrito en nuestro programa de gobierno y no andamos diciendo algo de acuerdo a las audiencias”, explica la senadora DC.
Incluso, sus cuestionamientos no solamente apuntan al programa de gobierno, sino que también a la presencia del PC en la campaña de Boric, al cual ha tildado o catalogado como un partido que se ubica en la extrema izquierda, reafirmando su postura respecto a que los “extremos” son malos para el país.
Plato de tallarines
Sin embargo, el fuego entre bandos afines no solo se ha manifestado en el último tiempo, sino que también entre los distintos comandos, debido a que existe también un cruce entre los candidatos de la centroizquierda con los abanderados de la derecha y extrema derecha.
Y es que esto se ha manifestado tanto en los debates que ha habido o en algunos puntos de prensa en donde los candidatos han respondido a los requerimientos de la prensa, principalmente en contra de Kast y sus ideas que van en contra de los preceptos que tanto la centroizquierda defiende como Sichel, específicamente contra el planteamiento de hacer una zanja para evitar la llegada de migrantes o eliminar el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.
En el fondo, esta campaña se ha convertido en una “majamama” de dimes y diretes que la ciudadanía asimila como las cosas que no quieren ver en política y que se manifiesta en que un porcentaje reducido se manifiesta a favor de uno u otro candidato, pero que los propios comando y abanderados no han logrado apreciar que es que un 80% de las personas no se ha decidido por ninguno de quienes quieren ostentar.
Incluso, la violencia y descrédito verbal entre unos y otros ha llegado a tal punto que la ciudadanía ya está saturada de que se expresen de esa forma y que llamen a condenarla cuando son ellos los que la incitan a través de sus expresiones, su volencia -la de los políticos- se releja en la volencia en la ciudadanía qeactúa bajo el principio básico si lo hacen ellos porque no no nosotros, como sucede con la corrupción, que es el otro gran problema enquistado en la política y que no se toca en la campaña.