En un opereta es lo que se ha transformado la candidatura del anticandidato de la centroderecha y que nunca ha sido de derecha el ex decé Sebastián Sichel que sigue demostrando su nula inteligencia emocional para enfrentar la dura campaña presidencial y ya derechamente le ha declarado la guerra a muerte al verdadero candidato de la derecha José Antonio Kast y este jueves -tras varios días de ataques- Sichel simplemente rompió la regla básica que rige a los candidatos de un sector, que es que si uno u otro pasa a segunda vuelta el perdedor se suma a apoyarlo, una cuestión de honor para la política -aunque la política hace rato dejo de ser honorable, sino recordemos los casos de corrupción, los raspado de olla, las boletas truchas o ideológicamtne falsas-, pero aún así, los señores políticos se rigen por ciertos códigos que Sichel ha roto.
Yo no tengo por qué firmar hoy un cheque en blanco para alguien que tiene un programa distinto”, dijo taante y con rabia el caniato en respuesta a la directiva de la UDI que exigiera “reciprocidad en segunda vuelta para quien sea el que resulte electo y un compromiso mutuo y explícito de apoyo” para la segunda vuelta.
De hecho el propio Kast, el 27 de octubre, en una actitud conciliadora con Sichel planteó: “si nosotros pasamos a la segunda vuelta, necesitaremos a los adherentes de Sebastián Sichel”.
Pero Sichel, lejos de aplacar la crisis la sigue agudizando con duros ataques a la UDI: “ellos han estado ahogados por una presión de una derecha más antigua que les dice ‘Kast, Kast, Kast’ como si fuese la única opción. Y yo les he dicho algo legítimo ‘oiga si participamos, está bien’… Joaquín Lavín perdió, a todos nos duele cuando alguien pierde. Pero siento que trabajamos mucho para esto”.
Soberbia enceguece a Sichel
Pero el broche de lata de Sichel fue negarse a pedir apoyo a Kast en la eventualidad de que pasara a segunda vuelta y con una arrogancia descomunal dijo: «No. Esa es la respuesta concreta (…) Creo que esa forma vieja de endosar apoyos por partidos, yo nunca hubiera ganado una primaria. Lo que creo que al final del día quiero representar a gente que votó por él por la necesidad de orden, seguridad y control de la violencia. Yo no creo en esos pactos políticos. Quiero gobernar invitando a los electores de él (…) Si él lo quiere dar (el apoyo), sí, pero yo no voy a pedírselo”, dijo el ex candidatoa diputado DC.
Así las cosas, el destino de Sichel está sellado en la derrota y el marasmo que le ha provocado a la centro erecha. Quizás tiene razón el diputado Miguel Mellado de RN cuando dijo: «si una persona que fue de La Concertación, de centro izquierda, quiere representar a la centro derecha, pero entra a la casa de la centro derecha y nos empieza a tratar a las patadas, es porque era un caballo de Troya para desarticular nuestro sector».