Proteger a estos insectos y monitorear su comportamiento a través de la analítica permite la preservación de la especie y conocer la salud y fuerza de la colonia.
Hoy en día al ir a un supermercado es usual conseguir los productos favoritos de tu hogar, pero te imaginas caminar por los pasillos del supermercado y no encontrar las frutas y verduras de siempre, o que no esté disponible ese corte de carne que tanto gusta.
Esto puede ocurrir con la extinción de las abejas, un insecto fundamental para mantener el ecosistema natural y conservar la biodiversidad. Su labor en el medio ambiente es esencial y nadie puede sustituirla. A nivel mundial, estas importantes productoras de miel polinizan el 80% de los cultivos alimentarios, lo que afecta a uno de cada cuatro alimentos que comemos.
La lucha por la salud de estos insectos bicolor ha sido de años, sin embargo, no solo los apicultores pueden hacer algo por ellas. La sociedad y el uso de la tecnología pueden marcar la diferencia.
Creando una colmena de IoT
En asociación con Bee Downtown, SAS dio la bienvenida a sus primeras colmenas de abejas en su campus de Cary, NC, hace algunos años.
“Como parte de nuestro compromiso en sustentabilidad, estamos ayudando a salvar las poblaciones de abejas, especialmente en áreas urbanas. Cuando la compañía se enteró que el 30% de las colmenas en el mundo se pierden cada invierno por factores estresantes, parásitos, enfermedades, riesgos ambientales y mala nutrición, nos preguntamos cómo podrían ayudar a través de la analítica”, señala Marcelo Sukni, gerente general de SAS Chile.
Es así, como con innovación, analítica avanzada y procesamiento de flujo de eventos se consolidaron proyectos de IoT desde el hábitat de las abejas. Después de conectar sensores a la colmena, se comienzan a transmitir datos a la nube para poder medir: el peso, la temperatura dentro y fuera, la humedad dentro de la colmena, la acústica o «zumbido» y la actividad de vuelo dentro y alrededor de la colmena.
“Los sistemas electrónicos de monitoreo de colmenas no son nuevos, pero la forma en que se analizan los datos en el punto de creación difiere del método típico de recolección, almacenamiento y análisis”, asegura Sukni.
1. Medir el peso y el clima de la colmena. Cuando se empezaron a definir las fuentes de datos para estos proyectos, se pensó en el peso de la colmena.
Los apicultores usan básculas para rastrear el aumento o la pérdida de peso en sus colmenas, pero para el proyecto de SAS, se conectó la báscula a internet y comenzó a transmitir mediciones a cada minuto. Conocer este dato permite comprender la producción de miel.
Asimismo, se puede detectar anomalías, analizar los puntos de datos en tiempo real a medida. La tecnología reconoce cuál es el peso normal y puede detectar pesos anormales de inmediato. El apicultor recibe una notificación tan pronto como se produce el problema y puede actuar rápidamente.
También se pueden instalar sensores internos en las colmenas para recopilar datos de temperatura y humedad junto con los datos de peso. Las abejas regulan la temperatura y la humedad de la colmena con actividad muscular, aleteo y agrupamiento. Estos son datos relevantes ya que este hábitat necesita el clima ideal para producir nuevas abejas y mantener a la reina lo suficientemente caliente para sobrevivir al invierno.
2. Analizando los sonidos de las abejas. El zumbido de las abejas puede indicar muchas cosas, incluida la salud, los niveles de estrés, las actividades de enjambre y el estado de la abeja reina. La colmena de IoT transmite datos de audio de forma continua y los modelos de aprendizaje automático in-stream «escuchan» las anomalías, lo que permite comprender si las abejas están felices y saludables.
Con sensores de audio en las colmenas que recopilan estos datos, los apicultores ahora saben cuándo está a punto de surgir una nueva reina, algo que normalmente no podrían detectar.
3. La visión por computadora mide los datos de vuelo de las abejas. La innovación no se detuvo en sonidos, pesos y temperaturas. También se avanzó en el monitoreo de la actividad de vuelo de las abejas como una medida de la salud y la fuerza de la colonia. Pero, hacerlo fue un desafío porque las abejas son pequeñas, vuelan rápido y no sonríen exactamente para la cámara.
Sin embargo, gracias al uso de tecnología y visión por computadora se pudo obtener un recuento preciso de las abejas y su actividad. La cantidad de actividad de vuelo de la colmena puede informar sobre la actividad de búsqueda de alimento, ya que las abejas que salen y regresan a la colmena generalmente buscan néctar, polen, resina y agua. Mucha actividad de vuelo implica que la colmena está sana.
Al monitorear las abejas en vuelo, también se podrán notar enjambres cuando ocurren. Los enjambres son un indicador importante de la salud de las abejas porque la colmena a veces se escapa cuando las abejas están enfermas.
De esta manera, felizmente, se puede avanzar para salvar a las abejas y así, salvaguardar todos los beneficios que ofrecen con su trabajo.