Si hay algo que comparten películas y series por igual es la necesidad de utilizar la tensión, para desarrollar una escena que quede grabada en la memoria de la audiencia. Es por ello que el azar se presenta como él recurso ideal para poner en completa incertidumbre a los personajes, con cada giro que este les vaya dando a sus destinos.
Las Vegas
Quienes gustan de jugar a la ruleta online desde sus teléfonos celulares, en ocasiones pueden sentir curiosidad acerca de la identidad de aquellos jugadores que desde cualquier parte del mundo se sientan en la misma mesa que ellos. Entre tantos personajes pocos imaginarían a un monje budista jugar al casino y más aún, estar a punto de desbancar a la casa.
Esa fue precisamente la situación que le tocó enfrentar al célebre equipo de seguridad del Hotel Casino el Montecito, durante la cuarta temporada de la serie, quienes no se explicaban cómo el monje consiguió acumular dos millones de dólares en una racha de victorias en la ruleta.
Para mayor temor de todos, el místico decide apostar la millonaria cifra, lo que significaría el fin del casino si llegase a ganar. Mientras la ruleta giraba ante la nerviosa mirada de su dueña, el monje se le acerca al oído y le susurra en cuál casilla caerá la bola. Un número que, para sorpresa de ella, acierta, aun cuando no fue por el cual apostó.
Casablanca
Aun tras estrenarse en 1942, Casablanca sigue cautivando a sus espectadores. Tal ha sido su influencia que el icónico Café de Rick, donde se desarrolla la trama, ha llegado a trascender en la ciudad marroquí convirtiéndose en un importante atractivo turístico, y con justa razón.
EL café, que también opera como casino en la película, es propiedad de Rick Blaine, interpretado por el legendario Humphrey Bogart. Rick solo busca ganarse la vida tan honradamente cómo es posible en una ciudad neutral en plena segunda guerra mundial. Es en una de esas noches que se encuentra con una pareja de recién casados que buscan ganar dinero para comprarse un pasaje de avión hacia Norte América.
Para ello, Rick les sugiere un número para jugar en la ruleta, sin que ellos se den cuenta de la señal que este dio a su crupier. La suerte esta echada y para sorpresa de la pareja (pero no de Rick) el número acierta donde les indicó. Agradecidos, se despiden del personaje de Bogart, mientras este les observa partir, recordando una vida y un amor anterior.
El Crupier
Como una de las mayores dificultades para todo escritor, el bloqueo creativo obliga los escritores a buscar, y no esperar, a la inspiración. Una situación que vive el protagonista Jack Manfred, interpretado por Clive Owen. El escritor, frustrado por las dificultades para vender su primera novela e incapaz de escribir otra, decide retomar una vez más su antiguo oficio de crupier para pagar sus cuentas. Es allí donde adquiere su inspiración para narrarnos desde su perspectiva la fortuna de los jugadores y sus apuestas que visitan su mesa.
Es justamente en la mesa de la ruleta donde, un jugador cuya historia ya le era familiar a Jack, decide apostar su última ficha. Al caer la bola, el jugador se derrumba ante el resultado, pero el crupier compadecido decide darle un empujón a su suerte. El apostador, extrañado por las felicitaciones recibidas, busca en Jack una explicación, y este con un leve gesto, le confirma para su alivio su victoria.