El senador Francisco Chahuán en un tono poco amable, poco emocrático y poco estratégico ha comenzado una conducción talibana para evitar que los paralamentarios, figuras y figurines de Renovación Nacional entreguen su apoyo al presidencial José Antonió Kast y no al candidato oficial de la derecha y que no es de derecha, el exDC Sebastián Sichel que el pasado 5 de agosto decía que le daba lo mismo el apoyo o no de los partidos.
Este lunes por la noche, en un programa de CNN Chile, Chahuán sentenció: «No me va a temblar la mano para pasar al Tribunal Supremo para algún parlamentario, dirigente o militante que infrinja una norma básica del ánimo de sociedades que es apoyar al candidato del partido. El candidato, nuestro candidato, es Sebastián Sichel, quien yo diría que es el único que puede ganarle a una izquierda dispersa, que improvisa, que elige o designa a destiempo con mecanismos entre gallos y medianoche a una candidata presidencial como la de Unidad Constituyente, que solo participaron 155 mil electores”.
Pero esta «Talibanización» en una explosión de amor desatado por Sichel es extraña porque el 8 de septiembre pasado este mismo Chahuán le rayaba la cancha a su candidato: «Quiero decirle al candidato Sichel, a nuestro candidato, más concentración en los temas de programa, de gobierno, de alternativas para Chile, moderando los tonos, y los partidos tendremos que hacer nuestra tarea de poder conducirlos«.
Ahora bien, Chahuán ¿tendrá a la vista que el peso específico de su partido (RN) se reduce a 40.202 y concentra la mayor cantidad en la RM con 12.651 militantes ?
El estilo Chahuán deja a la vista la alta de liderazgo y de sintonía con la realidad política ya que -aseguran al interior del partido- existe desazón con el tono y la forma en que está conducieno la clectividad en un momento en que se requiere finura, «muñeca» y sentido común, ya que -comentan en la casa de RN- siempre hay un grupo de personas que no se sienten representados por tal o cual candidato pero no por eso los van a pasar al Tribunal Supremo, que pareciera estar siendo usado como un arma disuasiva para intentar tener un control que nunca ha habido en RN, es decir Chahuán se está transformando en una dictadura.
Tratar de contener bajo el temor a quienes no quieren o no se sienten representados por Sichel, solo ahonda la crisis interna de la colectividad y eviencia el oble y triple estándar en la manera de enfrentar situaciones críticas, ya que -por ejemplo-, ante denuncias de corrupción en que han sido mencionados miembros de la colectividad, opera la «defensa corporativa» y se protege al enventual involucrado, pero en este caso -meramente electoral- la reacción es inmediata y feroz, lo que hace pensar en que podría haber una negociació sereta de la directiva de RN con Sichel para asegurar un cuoteo «peguístico» para miembros del partido en un eventural gobierno del exDC. De ser así, sería otro patinazo ya que Sichel se ha encargado de gritar a los cuatro vientos que él no está con la lógica de los partidos y no se siente cómodo con ellos.