Pese a sus penurias políticas y económicas, Argentina cada año expresa múltiples deseos de rearme y proyectos de defensa que la mayoría de las veces sólo queda en expresiones grandilocuentes de autoridades o líderes sindicales de empresas públicas del área militar que llevan años enfangadas en proyectos eternos y que apenas fabrican un par de tornillos o acometen reparaciones que terminan en desastres.
Otras veces, los proyectos parecen avanzar algo y se plasman en acuerdos bilaterales de intenciones que terminan olvidados en un cajón ministerial acumulando años de polvo.
Las menos de las ocasiones, las propuestas llegan a una instancia de formulación que permiten incluirlas en los proyectos de presupuesto anual de la República. Tal es el caso de la iniciativa de adquisición de cazas de origen chino-pakistaní JF-17 «Thunder» por US$664 millones que fue incluida en el proyecto de ley de Presupuesto 2022, y que fue entregado el pasado 16 de septiembre.
Sin duda, se trató de lo más noticioso y con mayor repercusión internacional (tratándose de un proyecto que entregaría un avión de combate moderno y viable a una Fuerza Aérea que esta reducida apenas a 5 cazas A-4AR Skyhawk) que presentó el Ministerio de Defensa trasandino para el debate en el Congreso de cara al próximo año -pero que no asegura su aprobación, como ya ha sucedido en años previos con otros proyectos-, pero tras lo cual aparecen otros puntos puntos destacables en el desglose de la partida ministerial.
Así, otro proyecto de relativa importancia que aparece en el proyecto presupuestario es el Plan de Adquisición de Vehículos Blindados a Ruedas para el Ejército, que considera financiamiento a través de un préstamo en torno a US$ 320 millones.
Otras dos operaciones de pedido de crédito público que se destacan en el campo de la Defensa Nacional son: Proyecto construcción Buque Logístico Polar -uno de los más ambiciosos proyectos argentinos- que se estima aproximadamente los US$ 195 millones en tres años y, por último, la adquisición helicópteros de rescate que implicaría un préstamo de US$ 30 millones para la incorporación de los mismos.
Además, se prevé invertir en el 2022 un total de AR$12.172.875.620 (US$123.604.9621) en la incorporación de los aviones IA-63 Pampa III Bloque II para la Fuerza Aérea Argentina. Vale recordar que se encuentra en vigencia el contrato denominado “Provisión de Aeronaves PAMPA III para la FUERZA AÉREA ARGENTINA (FAA)”, el cual tiene previsto la fabricación y conversión de 9 unidades.
Siguiendo en la Fuerza Aérea Argentina, y como parte del plan para la modernización de distintas aeronaves, se estipula en particular que para modernizar el avión de entrenamiento T34-C1, se destinarán aproximadamente AR$ 561.261.216.
También, con una inversión que rondaría los 2.746.900.000 de pesos argentinos (US$ 27.892.380), se espera un nuevo proceso de construcción que amplíe la Base Naval de Ushuaia en la provincia de Tierra del Fuego.
Otras partidas dicen relación con la modernización de los VC TAM para el mejoramiento de la subcapacidad potencia de fuego blindada. Otro proyecto vinculado a la fuerza de tanques trasandinos dice relación con la recuperación de 74 bateas de vehículos de combate TAM, para ser empleadas en el programa de modernización TAM 2C.
Finalmente, destacan también las partidas de ampliación del sistema de transporte de campaña y guarnición del Ejército, y la ampliación de capacidades de aeronaves Lockheed P-3B Orion (este último por un monto de AR$ 200 millones).