Dos ataques con bombas sacudieron este sábado a Kabul y Jalalabad, en Afganistán, en los atentados más graves desde el retiro de tropas de Estados Unidos del país asiático, a fines de agosto. Fuentes de salud reportaron la muerte de al menos dos personas (algunas hablan de tres) y de 21 heridos de diversa consideración.
El ataque más grave tuvo lugar en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar, donde se produjeron todas las víctimas mortales y 19 de los 21 heridos. De ellos, tres son civiles y 16 son combatientes talibanes, dijo una fuente médica que pidió el anonimato. Muchos de los lesionados se encuentran en estado crítico. Algunos testigos dijeron haber oído tres explosiones.
Dos de las explosiones tuvieron como objetivo vehículos talibanes. Una fotografía tomada en el lugar y recibida por la agencia de noticias AFP muestra un vehículo verde de la policía con la bandera talibana, con el capó deformado y casi en posición vertical, en medio de escombros. Jalalabad es uno de los bastiones más fuertes del Estado Islámico, convertido ahora en el rival más enconado de los talibanes.
Explosiones en Kabul
Poco antes de ese atentado en Jalalabad se produjo otra explosión en Kabul, cuando fue detonada una bomba magnética en el este de la capital, explicó a EFE un oficial de Policía de los talibanes, Qari Rashid, sin aportar más detalles. Un testigo, Ali Ahmad, aseguró que el artefacto estaba adherido a un vehículo y que no causó víctimas mortales. Diversos reportes hablan de dos personas lesionadas y dos detonaciones.
El ataque tuvo lugar en el distrito 13, en una zona con amplia presencia de miembros de la etnia hazara. Este tipo de atentados son similares a los que realizaban los mismos talibanes contra las fuerzas de seguridad afganas y las tropas extranjeras que ocuparon el país durante dos décadas. Además de EI, los talibanes enfrentan resistencia en la región de Panshir.