¿Qué tienen en común Europa, América y África? Tres continentes unidos para promover el uso consciente y sustentable de la energía en equilibrio con el medio ambiente. Una historia de adaptación en plena pandemia.
Cuando partió la pandemia nadie imaginaba los estragos que causaría en términos económicos, sociales y políticos. Todo cambió. Desde cómo relacionarse unos con otros, hasta cómo trabajar. Adaptación era, y sigue siendo, la palabra que más sentido ha cobrado durante un poco más de un año y medio.
Fue la adaptación y las ganas de hacer algo diferente lo que empujó a un grupo de emprendedores a mirar “fuera de la caja”. Desde Finlandia llegó la misión de generar un proyecto de pre factibilidad para una planta de energía solar fotovoltaica, que a su vez alimentará una planta de hidrógeno verde. Pero, ¿dónde? En el norte oriental de África, a 13.000 kilómetros de Chile.
¿Y por qué África? Porque es continente con alto potencial solar, siendo uno de los lugares del mundo que más horas de sol recibe durante un año por lo que resulta ser una locación ideal para desarrollar proyectos de energía solar.
Estando en pleno confinamiento no había alternativas diferentes a hacerlo de forma remota. El desafío era enorme pero el Ingeniero Civil eléctrico, Máster en Ciencias de la Ingeniería Universidad de Concepción y Gerente de Operaciones Quantum Energy, Patricio Parada, asegura que tuvieron que innovar en el cómo obtener la información necesaria para sacar el proyecto adelante, lo cual no estuvo exento de dificultades.
“Fue posible realizar el modelamiento del relieve, que sumado a los mapas de radiación existentes, nos permitieron evaluar diferentes locaciones y tamaños para el diseño óptimo de la planta solar y así avanzar hacia un estudio de pre factibilidad de manera remota, con nuestro Cliente Chemitec Consulting y su equipo de profesionales localizados en Helsinki, Finlandia. Todo desde nuestras casas, a miles de kilómetros de distancia”, indica el profesional.
El proyecto contempló el estudio posibles terrenos para ubicar una planta solar, revisando aquellas zonas con mejores condiciones de radiación solar, superficie disponible y que estuviera cerca de la planta de hidrógeno verde. Fue necesario estudiar el estado de las plantas solares y la simulación de energía solar generada para distintos tamaños de la planta solar, entre otras cosas.
“La pandemia nos exigió ser innovadores y rupturistas para dar soluciones concretas a proyectos reales, pero desde formatos online y herramientas y plataformas tecnológicas que nos acercaran a aquellas realidades geográficas a las que no podíamos acceder de forma presencial”, comenta Patricio Parada.
El proyecto ya fue presentado a las autoridades del país africano donde se emplazará y que por temas de confidencialidad no se puede revelar. Durante los próximos meses debiese avanzar hacia su desarrollo para ser uno de los pocos gestados, a ese nivel, de forma remota en tres continentes diferentes.