Mientras se inició el debate inicial de la nueva Constitución, Microsoft Chile indicó que hay siete “mínimos digitales” que deben considerarse en su elaboración. El gerente general de la compañía, Sergio Rademacher, indicó que el país está frente a una gran oportunidad de establecer las bases de un estado moderno, y de una sociedad en donde se garantice el respeto de los derechos digitales.
Para el directivo, en primer lugar debe existir un compromiso con la educación y habilidades digitales, así como reducir la brecha de conectividad que hay en Chile y que se evidenció con la pandemia. Frente a esto, es necesaria la modernización del estado. En ese sentido, Rademacher aseguró que realizar un trámite de forma digital es 40 veces más económico que hacerlo de modo presencial. Por ende, apunta a que es necesario tener un estado más eficiente y accesible.
Otro de los llamados “mínimos digitales” tiene que ver con la sostenibilidad. El informe de Microsoft Chile sostiene que el uso de la tecnología por las empresas tiene que ser más sostenible y contribuir a reducir la contaminación global por carbono. Para lograrlo, es necesario fijar objetivos y planes detallados y alcanzables.
En cuanto a la ciberseguridad y datos personales, el directivo considera que se debe garantizar la protección de la información, a fin de que nadie pueda darle otro uso más allá del que fue autorizado.
Acerca de la Inteligencia Artificial (IA), Rademacher manifestó que es una herramienta que permite hacer simulaciones, proyecciones y hasta inferir el gusto de las personas. Ahora bien, es necesario establecer los principios éticos que garanticen su uso adecuado. La disyuntiva surge cuando la tecnología avanza y cada vez es más difícil proteger los derechos personales.
El uso de la IA está en su punto más alto y la pandemia solo aceleró el proceso. Según Albert Sanders, articulista de Adviesjagers, en Europa, el gasto en IA alcanzará los 12.000 millones de dólares en 2021, con un crecimiento de dos dígitos hasta 2024. Este gasto corresponde tanto a la empresa privada como a entidades públicas.
‘‘No solo las empresas privadas están invirtiendo en IA, sino también los municipios de ciudades como Helsinki y Amsterdam que ya cuentan con un registro abierto de su uso. Incluso hospitales europeos han implementado IA para desarrollar herramientas de software que brindan un diagnóstico automatizado del covid-19. Por lo tanto, se trata del futuro y un país desarrollado debería contar con una legislación al respecto como menciona Rademacher’’, opina.
Pese a la crisis, empresas y gobiernos han seguido apostando por un desarrollo basado en la automatización y la transformación digital.