Las compañías de Rusia que producen cables de fibra óptica poseen una buena competitividad en precio y calidad, lo que les puede abrir muchas puertas en el mercado sudamericano, dijo a la agencia de noticias Sputnik Christian Emilio Pizarro, representante comercial de la empresa fabricante de cables ruso-japonesa Moskabel-Fujikura, que recientemente ha empezado una prospección hacia el mercado de Sudamérica.
«Una de las cosas que hemos estado analizando es que Rusia tiene la oportunidad hoy día de entrar al mercado sudamericano, dado que Rusia (…) produce de muy buena calidad, si lo comparamos con Estados Unidos o con Europa –no tenemos nada que envidiar– y siempre ha sido, por lo menos nuestra fábrica, competitiva en precio, que es una combinación muy buena», respondió Pizarro a la pregunta sobre si actualmente Rusia goza de bastantes oportunidades en el mercado de América Latina y el Caribe con respecto a cables de fibra óptica.
Subrayó que es necesario que las empresas rusas se den cuenta de que «hay una tremenda oportunidad» y que estas compañías «pueden ser muy competitivas» en el mercado sudamericano.
En particular, la propia Moskabel-Fujikura ya ha tenido un caso de éxito en la región: el año pasado cerró una venta importante de un millón de dólares con una compañía minera de litio argentina, que les compró un «par de cientos de kilómetros de cable de fibra óptica».
«Eso fue el inicio y lo que nos motiva, obviamente, a querer prospectar más y entrar al mercado latinoamericano», en particular al de Sudamérica, señaló el interlocutor de la agencia.
Sin embargo, la entrada a este mercado no es un camino de rosas, a pesar de ventajas competitivas tan importantes como buen precio y alta calidad, existen ciertas barreras, según Pizarro.
«En este sector y en muchos hay algo que es un denominador común: el Gobierno ruso necesita trabajar un poco en lo que son los tratados de libre comercio (…) porque hoy día nosotros donde perdemos competitividad en Sudamérica es que entramos con un arancel muy alto a la importación», explicó el representante comercial.
Mientras, varios Estados sudamericanos ya tienen tratados de libre comercio con EEUU, Europa y otros países de América Latina y el Caribe, lo que les permite contar con aranceles mucho más bajos, agregó Pizarro.
«Esa es una barrera, y la segunda, diría yo, es el desconocimiento (por parte de Sudamérica) de las bondades de la fábrica y de las empresas rusas en cuanto a tecnología, en cuanto a distintos campos, incluso medicina», expresó su convicción el interlocutor.
Al ser consultado a qué se debe ese desconocimiento de la potencialidad rusa, respondió que por muchos años los países sudamericanos han estado muy influenciados por EEUU y eso «produce una especie de miopía para el mercado», por lo que a menudo no se ve otra oferta atractiva además de la estadounidense o la europea.
En este contexto, Pizarro reiteró que Rusia no tiene nada que envidiar y tampoco es menos que EEUU, Europa o cualquier otro país.
También contó que la propia Moskabel-Fujikura ha dirigido su mirada, además de Argentina, hacia Chile y Bolivia, a los que tiene programada una visita de una delegación entre octubre y noviembre de este año para dar a conocer la compañía.
Explicó que Chile es el país más desarrollado, sobre todo en términos tecnológicos, que tiene Sudamérica.
«Por lo tanto, Chile es una muy buena plataforma cuando tú quieres presentar una compañía al mercado sudamericano, sobre todo en tecnología», recalcó Pizarro.
Añadió que Chile, así como Argentina y Perú, principalmente tienen proyectos muy grandes en minería, que consume mucha tecnología, al igual que la industria pesquera, la industria del procesamiento de alimentos y la construcción, lo que presenta muchas oportunidades atractivas ante empresas rusas.
«En Sudamérica, en el caso, por ejemplo, de nuestra experiencia con Argentina, ellos se dan cuenta de que lo que tiene Rusia es realmente atractivo», puntualizó Pizarro.