El senador por Valparaíso, Kenneth Pugh (Ind) ratificó lo señalado por el canciller Andrés Allamand en relación a que el reclamo argentino carece de fundamento dado que “lo que ha hecho Chile es reafirmar su posición que quedó estampada en Decreto Supremo N° 95 del Ministerio de Relaciones Exteriores (con fecha 23 de agosto) por medio de la cual Chile determina oficialmente el límite exterior de su plataforma continental de 200 millas marinas desde punta Puga (Región de Los Lagos) a islas Diego Ramírez (Región de Magallanes) que se extiende por el sur hacia el este del meridiano Cabo de Hornos, por lo tanto, y tal como lo señalado el Canciller, nadie se apropia de lo que le pertenece”.
Pugh recordó además la reciente cartografía argentina en que reclama su Plataforma Continental Extendida señalando que “atenta contra el espíritu del Tratado de Paz y Amistad de 1984, toda vez que interpreta incorrectamente algo que costó mucho: la mediación papal, el compromiso con el Papa Juan Pablo II, para poder resolver de forma completa las controversias entre Chile y Argentina en la zona austral. Quedó claro en la mediación papal la total soberanía chilena sobre el Cabo de Hornos, los pasos que comunican los océanos Atlántico y Pacífico y las islas Picton, Lennox y Nueva».
Añadió seguidamente que «respecto del territorio marítimo, Chile aceptó una delimitación muy extraña, que no se atiene a los establecido en la Convención del Derecho del Mar y que favorece a Argentina, toda vez que esa delimitación hace un extraño giro hacia el weste y delimita las aguas en una línea de puntos que culmina en un hito llamado Punto F. Chile aceptó este trazado en la comprensión, de buena fe, que al ceder y aceptar se solucionan todas las controversias de soberanía al sur del punto F y sólo quedaba pendiente la superposición de soberanía en la Antártica, situación que se rige por el Tratado Antártico de 1959.»
En ese escenario, el parlamentario hizo hincapié en que «la reclamación unilateral de Argentina demuestra que el espíritu del Tratado de Paz y Amistad de 1984 no se respetó. Esta situación es muy perjudicial para las relaciones entre ambos países. Estamos frente a una actitud sistemática y permanente de Argentina de “correr el cerco”. Esto representa un retroceso en nuestras relaciones y lo vamos a tener que resolver de la mejor forma posible”.
Finalmente el parlamentario, también coincidió con el Canciller Allamand en el sentido de que debe haber diálogo y sobre todo respeto irrestricto a los Tratados Vigentes.