Comenta Maritza Sepúlveda, bióloga marina e investigadora de la UV que ha trabajado durante años en la zona, tras la aprobación del proyecto minero Dominga.
Como un verdadero balde de agua fría recibió la comunidad científica la noticia sobre la aprobación del proyecto minero Dominga por la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo. Así lo reconoció la bióloga marina Maritza Sepúlveda, académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso (UV), quien desde el año 2009 ha desarrollado diversos estudios sobre el comportamiento y abundancia de las poblaciones de grandes y pequeños cetáceos, lobos marinos, chungungos y diversas aves marinas en la zona de Chañaral de Aceituno y el archipiélago de Humboldt, lugar donde se construiría el puerto del yacimiento.
La zona es considerada un hotspot de biodiversidad a nivel mundial, por albergar y ser el punto de encuentro de una gran riqueza de especies marinas, que llegan al lugar desde distintas partes del planeta.
“Chañaral de Aceituno es hoy el destino turístico más importante para el avistamiento de grandes cetáceos de todo el país. Si no somos capaces de darnos cuenta y darle la importancia que esto tiene, si no somos capaces de valorar ese tremendo recurso, como país estamos cometiendo un gravísimo error”, sostuvo.
La científica reveló su frustración al señalar que “lo considero como una burla a todo lo que se ha intentado hacer, al conocimiento científico que se ha proporcionado, a toda la presión social de las comunidades por intentar proteger el archipiélago de Humboldt. Pienso que esto es un tremendo revés y que nos demuestra una vez más como el modelo económico que impera en este país se coloca por encima del medio ambiente. Me entristece la falta de aprendizaje que tenemos como sociedad, pese a todas las consecuencias negativas que ya conocemos y todo lo que hemos visto en décadas. Que no seamos capaces de aprender es un error gravísimo”.
La bióloga marina también lamentó que el área comprendida por el archipiélago Humboldt, Punta de Choros y Chañaral de Aceituno es una de las pocas zonas de nuestro país que se mantenía prístina.
Respecto al impacto del proyecto minero en la naturaleza, la académica advirtió que las consecuencias son directas para el ambiente marino. Explicó que un incremento en el tránsito marino provocará un aumento en las colisiones entre buques y grandes cetáceos, que en muchos casos causa un daño tan grave que termina siendo letal para el ejemplar. Junto a lo anterior, el riesgo de derrame de petróleo es altamente probable en las faenas propias de un puerto, lo que perjudicará a diversas especies, especialmente lobos marinos, chungungos y pingüinos.
“Es una voz de alarma que como científicos hemos puesto a las autoridades para que se regule la zona de tránsito y la velocidad a la que circulan estas grandes embarcaciones, porque es una zona de alimentación para estos animales tremendamente importante. Pero no sólo las colisiones son un riesgo, también el ruido que emiten estas naves va a alterar enormemente la comunicación que tienen estos animales, junto a un aumento del estrés. Nuevamente vamos a invadir, perjudicar y quitarle la calidad a un lugar que los animales habían elegido para alimentarse y descansar por meses”.
Estudios de la bióloga marina dan cuenta que muchos animales permanecían en el lugar casi todo el año. “A partir del 2012 y hasta la fecha hemos estado trabajando con pequeños y grandes cetáceos, principalmente en lo que tiene que ver con alimentación, patrones de retorno y permanencia de los animales en la zona. Con transmisores satelitales tratamos de identificar las rutas de movimiento y, más recientemente, en un proyecto que finalizó este año, estuvimos trabajando en el impacto del turismo sobre el comportamiento de los animales: cetáceos, lobos marinos, chungungos y distintas especies de aves. En el caso de los chungungos establecimos por primera vez, las zonas donde habitan y la abundancia de la especie. Y junto a un colega realizamos estudios de actualización de abundancia de pingüinos. Tenemos una buena base de datos reciente de estimaciones de abundancia de las distintas especies que habitan en la zona”, explica.