Ofrecer una vacunación rápida, segura y con información precisa y veraz a la ciudadanía son los objetivos dispuestos por el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter. El municipio que lidera el edil floridano superó las 522.322 inoculaciones contra el Covid-19 durante el mes de julio pasado. Un despliegue que cuando comenzó el 3 de febrero pasado, buscó transformarse en un referente de atención digna. Sobre todo, en medio de un periodo donde abunda el temor, la incerteza y la desinformación.
Desde la Corporación Municipal de La Florida, indicaron a Infogate, que parte de la estrategia, apuntó a ofrecer a la comunidad, un lugar para vacunarse que fuera amplio, ventilado y donde se pudiese mantener distanciamiento físico entre las personas. Variables que han sido el sello del “Espacio Esperanza”, iniciativa que ha promovido el alcalde Carter y que a la fecha ha dado extraordinaria cobertura a los vecinos floridanos superando el medio millón de inoculaciones.
Para Leonardo Monsalve y Bárbara Ibañez, vecinos vacunados en el Espacio Esperanza, “es muy importante lo que se está haciendo en la comuna y marca una pauta de imitación para el resto de las zonas donde se necesita la vacuna”.
Por otro parte, la Corporación Municipal de La Florida ha iniciado un trabajo para potenciar la comunicación de riesgo entre sus vecinos ya que existe consenso generalizado entre la opinión pública, respecto a que, desde la autoridad sanitaria central, no han transmitido con eficacia una comunicación de riesgo. Una que, en medio de una pandemia como la de COVID, cobra vital importancia para que las personas comprendan que el no vacunarse o el no seguir las recomendaciones básicas como el lavado de manos, el distanciamiento físico o el uso de mascarillas, no solo traerá consecuencias en lo sanitario.
Por lo mismo, desde la municipalidad advierten que existe evidencia que el contagio de covid-19, lleva aparejado un riesgo no solo para la salud, sino que, además, un problema latente en lo económico y social. Pues, la pandemia, ha traído consigo una disminución en los ingresos y, en el peor de los casos, la cesantía. Desde otra vereda, también se aprecia una discriminación entre grupos de personas. Por ejemplo, en una comunidad residencial, cuando se conoce un caso de covid-19, dicha persona es aislada socialmente e, incluso, se menosprecia y cuestiona por no tomar los resguardos necesarios.