Tras la toma el poder por los Talibanes en Afganistán ha resurgido el custionamiento y la islamofobia centrándose especialmente es las duras restricciones que se le imponen a la mujeres, dejando entrever que esta es una suerte de regla común para todo el mundo islámico, lo que no es así, tal como lo explica el Centro de Cultura Islámica de Chile que desmitifica esta “posverdad” instalada y que desvirtúa los preceptos de esta milenaria religión.
La Burka, explica el Centro de Cultura Islámica de Chile, no tiene nada que ver con las enseñanzas impartidas del verdadero islam, pues en el Sagrado Corán no está mencionada ninguna de estas vestimentas como la Burka o el Niqab; así como otro vestuario, ya que lo correcto es partir de que la mujer musulmana cree firmemente y acepta su intelecto que Dios ordenó en el Corán 24:31, que la mujer cubra sus encantos con pudor y recato como lo hacía la V. María (P).
Lamentamos que tantos periodistas y académicos “especialistas” ahora en islam y que ni siquiera han viajado y obtenido un diploma en idioma ni en doctrina islámica ahora aparecen ofreciendo cátedra y…cobrando dinero. Por último que lo realicen pero que se abran a dialogar con musulmanes para obtener información real, pero si se dedican a difundir una deformación y una caricatura de nuestra fe los convierte a ellos en “opinólogos” e “incitadores al odio hacia el Islam” ya que muestran lo errado y local como algo a todo un colectivo de casi 2 mil millones de creyentes.
En Chile, ninguna dama, ni nuestras esposas e hijas andan con esa vestimenta y ni siquiera las mujeres que son de origen afgano.
Por favor lean lo siguiente: «Una mujer no puede ir a la escuela o salir a trabajar si no respeta nuestro código de vestimenta, o terminará detenida”. Lo que acaba usted de leer no es una declaración de los líderes talibanes, sino un extracto de la reciente ley francesa que prohíbe a las musulmanas llevar hiyab o velo islámico.
Respetados amigos, esto se llama #islamofobia y punto; y una señal del resultado de estos académicos que insisten en generalizar casos particulares a nuestra fe y, esto lamentablemente, como si los actos desviados de un sacerdote se generalizaran en el mundo islámico y se ocultara que tras ese sacerdote desviado existen mil religiosos que han hecho de su vida la oración y la caridad!
“!Oh hijos de Adán! Ciertamente hemos creado para vosotros vestidos con los que cubrir vuestra desnudez y como adorno, pero la mejor vestidura es el temor de Dios. Esta es una de las señales de Dios”, (S. Corán 7:26).
No hay que perder de vista que el hiyab no es sumisión al hombre, significa sumisión a Dios, es un signo de amor y respeto para nosotras mismas.
