Argentina trató de hacer una «pillería» que podría haberle costado soberanía a Chile, pero que quedó al descubierto luego de la -por primera vez- oportuna reacción de la Cancillería chilena ante la Directiva de Política de Defensa Nacional, que mañosamante señaló que el área del Estrecho de Magallanes esta una «área compartida», lo que es es absolutamente falso y evidencia la histórica política expansionista de Buenos Aires sobre el Mar Austral Chileno; no por casualidad desconoció en los 70 el Laudo Arbitral por el Beagle y tantas otras ofensivas para sumar territorio chileno.
Tras conocida la información divulgada por la prensa argentina y por INFOGATE, vino la rápida reacción trasandina reconociendo el «error», tal como lo publica La Nación, cuyo texto reproducimos íntegramente:
«El gobierno argentino desactivó un posible foco de tensión diplomática en la región, al aceptar una queja de la Cancillería de Chile, y se comprometió a reformular las recientes directivas que el presidente Alberto Fernández había fijado para la política militar.
Aprobada por decreto y transmitida a las Fuerzas Armadas por el propio Presidente -junto al ministro saliente Agustín Rossi, en uno de sus últimos actos oficiales-, la Directiva de Política de Defensa Nacional contemplaba como un “espacio compartido” entre ambos países la “exploración, estudio y control conjunto sobre el Estrecho de Magallanes y el Mar de Hoces (conocido como Pasaje de Drake)”, que Chile reivindica como propios, de acuerdo con los tratados suscriptos con la Argentina.
“Fue un error. El embajador Rafael Bielsa ya habló con el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno y explicó que la directiva se va a reformular. Es una zona que no está militarizada y no hay actividades ni patrullajes conjuntos”, explicó a LA NACION una fuente de la Cancillería argentina, que conduce Felipe Solá.
“El Estrecho de Magallanes, incluidas sus dos riberas, es territorio soberano chileno en conformidad con lo dispuesto en el Tratado de 1881, lo que ha sido reiterado en el Tratado de Paz y Amistad de 1984”, había reclamado la Cancillería chilena en una nota remitida a la embajada argentina.
“En consecuencia, Chile rechaza lo planteado por la Argentina en la DPDN sobre un supuesto control conjunto por carecer de sustento jurídico y no resultar procedente en virtud de los tratados aplicables”, añadía la carta.
En el mismo acto en el que anunció las nuevas instrucciones a los militares, Alberto Fernández había anticipado la decisión de avanzar en la creación del Polo Logístico Antártico en Ushuaia, lo que exigirá una inversión superior a los 300 millones de dólares y podría ser financiada con capitales de China. Esta medida podría haber generado molestias e incomodidades en el gobierno de Sebastián Piñera y en las Fuerzas Armadas de Chile.