Chile está en estos momentos ante una oportunidad enorme. Tenemos una Convención Constitucional funcionando que refleja toda la rica diversidad de lo que es Chile y por primera vez el aporte de los pueblos originarios o “primeras naciones” que habitaron este territorio.

Adicionalmente por primera vez en la Historia de Chile comenzaron a ejercer sus funciones los Gobernadores regionales democráticamente electos, quienes vienen con potentes programas regionales y visiones que en muchos casos no van a coincidir con las visiones que tiene el Gobierno Central. Y un caso emblemático es el del Gobernador de Magallanes, don Jorge Flies, que está al mando de una región estratégica, en la cual se están generando proyectos que van a cambiar los paradigmas energéticos no solo de Chile , sino del Mundo, con el “hidrógeno verde”.

Un momento en que Chile, para bien y para mal, está en un pleno cambio de paradigma. Y en este escenario nos vemos enfrentados a un nuevo desafío con Argentina, en un tema que tiene una larga Historia previa que he tratado en varias columnas en este mismo medio.

El contexto en que se va a llevar este conflicto importa, y mucho. Y si bien la prensa argentina ha tratado de minimizar el tema como que es un simple “mapa de Piñera”, no se ajusta ni a la tradición chilena, ni a la realidad. El mapa no es de “Piñera”, sino de Chile.

Y al ser de Chile el mapa, la pregunta que hay que hacerse es ¿qué es Chile?

Nuestra Convención Constitucional está justamente tratando de responder esa pregunta que para muchos era clara, pero muchos (demasiados) aún no lo tenían claro, porque habían sido marginados de ese Chile que tratábamos de proyectar. Y adicionalmente los Gobernadores regionales también tendrán su opinión.

El conflicto que vamos a tener, (¿o que tenemos?) se debe básicamente a que Argentina primero, y luego Chile comenzaron a re-interpretar el Tratado de Paz y Amistad de 1984, luego de un análisis de este respecto a la plataforma marítima que permite la Convención del Mar de Naciones Unidas (CONVEMAR, UNCLOS en inglés). No me voy a detener mayormente en ese análisis jurídico, dado que hay personas mucho más capacitadas que yo para dar su opinión técnica, sobre un ámbito eminentemente jurídico, pero ambos argumentos, tanto de Chile como de Argentina, tienen su sustento.

Por tal razón el tema es, ¿cómo se procede a resolver el conflicto?

El fin de semana vía twitter y otros medios comenzaron ya las primeras declaraciones rimbombantes de los “pseudo – patriotas” de ambos lados, acerca de un conflicto eminentemente técnico-jurídico. Más que esas declaraciones dentro del típico “nacionalismo latinoamericano”, hay que quedarse con la voluntad de diálogo que existen, para entender ambas posiciones, que claramente son diferentes.

Y tal como en Chile estamos cambiando de paradigma, esta es una gran oportunidad de también cambiar el paradigma de las relaciones chileno-argentinas, que tienen y tendrán una larga Historia en común.

¿Lograremos aprovechar esta oportunidad histórica, o estaremos condenados a repetir la Historia para siempre?