La convencional electa por Concepción, Loreto Vidal, confirmó su decisión de renunciar a la Lista del Pueblo (LDP), bloque en el cual resultó electa en las elecciones de mayo pasado y del cual ya no se siente parte, debido a las posturas evidenciadas durante los debates de la Convención.
La representante hizo hincapié, en conversación con Emol, que su mayor apertura al diálogo y a la inclusión de todas las miradas en el trabajo para redactar una nueva Constitución la llevaron finalmente a distanciarse de la agrupación, cuyos miembros se han caracterizado en su mayoría por sostener posiciones más cercanas a la izquierda.
La decisión de Vidal, dada a conocer ayer domingo por medio de una carta, es la segunda decisión en este sentido, luego de la adoptada por Elisa Giustinianovich poco después de instala la Convención.
No deja de llamar la atención que, si bien se trata de un grupo bastante diverso pero con principios unificadores, las renuncias ocurridas hasta este momento corresponden a profesionales universitarias con amplios estudios que, si bien comparten los principios de fondo de la LDP, se han ido mostrando lejanas al estilo extremadamente confrontacional y excluyente del grupo, lo que ha llevado en definitiva a alejarse de él, aunque sin perder sus conexiones con los conceptos de mandato popular y la diversidad.
«Capaces de incluir a todos»
De hecho, durante sus intervenciones, Vidal se ha destacado por hacer constantes llamados a la unidad y al respeto entre los convencionales. En ese contexto, el pasado jueves se desmarcó derechamente de la LDP al valorar la posibilidad de otorgar cupos a Vamos Chile en la mesa del órgano y advirtió que «tenemos que dejar de pelear y avanzar en lo que fuimos mandatados».
Poco antes, el medio digital Interferencia publicó una entrevista donde profundiza en las razones de Vidal para su decisión.
Así, explicó que «en el grupo de constituyentes de La Lista del Pueblo hay personas muy valiosas, que son dialógicas, ponderadas y respetuosas, eso lo valoro mucho. Mi complejidad es con la respuesta en colectivo, con la insistencia en perder la individualidad, algo que dije desde el primer momento, pero el punto fue que a mí no me conocía nadie y la verdad es que tengo la sensación de que es bien difícil aquello, porque yo me integré a la Lista muy poco antes de que ésta se inscribiera en el distrito 20. Yo tampoco conocía a las personas que estaban y aposté mis patrocinios con esos fines, porque creía realmente en los principios de fondo que tiene la Lista, los que por cierto comparto total y absolutamente. Pero yo creo que hay que cambiar el discurso: si vamos a estar preparando esta constitución para los próximos 50 años, también tenemos que ser capaces de incluir a todos, incluir pensamientos diversos, parte de este pueblo que no siempre es un pueblo que está por plantearse de forma tan dura».
Sobre su papel, ahora como independiente -una suerte de abandono voluntario como lo definió-, la convencional explicó que «desde que llegué a la Convención he intentado tener un enfoque transversal, he conversado con todos los sectores y he podido dialogar con todos. Yo creo que iré a esos sectores donde se pueda hacer un diálogo y donde una sienta que lo que tú puedes aportar, tu pensamiento, tu mirada y tu voz, se considere en la toma de decisiones«.
Añadió al respecto que «en La Lista del Pueblo no pude hacer eso. Asumo culpa, porque cuando tú estás en un entorno donde el lenguaje y la forma son muy duros, no te sientes habilitada ni siquiera para poder aportar y no quieres hacerlo porque no estás acostumbrada. Eso creo que fue lo que me pasó, porque no tuve esa capacidad y es porque siempre estuve acostumbrada a trabajar en otro sentido».