La ministra lituana de Economía e Innovación, Ausrine Armonaite, confirmó esta semana que su país, abrirá su oficina comercial en Taipei, Taiwán entre octubre o noviembre próximo.
Armonaite, en declaraciones a la estatal alemana DW señaló que la oficina no solo representa las estrechas relaciones comerciales existentes con Taiwán, sino que también simboliza una amistad que ha estado floreciendo desde principios de la década de 1990. Añadió que Taiwán había ayudado a Lituania y sus vecinos regionales en la transición del dominio soviético a democracias florecientes.
Cabe recordar que el pasado 22 de junio Lituania donó 20 mil vacunas a la isla.
La ministra dijo que mientras visitaba la oficina de la UE en Taiwán en 2018, notó que Polonia también había establecido una oficina en el país. Por lo tanto, Armonaite se convenció de que Lituania debería hacer lo mismo, ya que Taiwán y ella disfrutan de una fuerte amistad y las empresas de ambos lados están buscando establecer más asociaciones y conexiones, según citó Deutsche Welle.
Armonaite mencionó que ha estado estableciendo oficinas de representación en nuevos mercados, y señaló que el este y el sudeste de Asia son regiones importantes para que Lituania expanda la cooperación económica.
«Como ministra de Economía, estoy trabajando duro para encontrar nuevos mercados para las empresas lituanas. Las empresas que promoveremos principalmente incluyen industrias de alta tecnología e industrias relacionadas con el láser», dijo.
Mientras tanto, Konstantinas Andrijauskas, profesor asociado de estudios asiáticos en la Universidad de Vilnius, afirmó que Taiwán es un país que ofrece numerosas oportunidades económicas y es un socio perfecto para la diplomacia basada en valores de Lituania, según Deutsche Welle. Dijo que dado que el nivel de cooperación económica entre Lituania y China es relativamente bajo, a Pekín le resultaría difícil obligar a Lituania a cumplir sus órdenes con las amenazas económicas.
El profesor dijo que el gobierno lituano no ve la creación de una oficina en Taiwán como una provocación, ya que muchos otros países europeos ya lo han hecho. Sin embargo, predijo que Beijing aún se opondría a la medida.