Este martes la comisión de Hacienda de la Cámara aprobó en general, por 5 votos a favor y 3 en contra, el proyecto que busca concretar una rebaja del 50% del impopular impuesto específico de las bencinas, cuyos precios están por las nubes tras 31 semanas consecutivas al alza.
Aprobado el proyecto, los “honorables” tienen hasta el 23 de julio para presentar indicaciones e iniciar su discusión pero tendán que enfrentar el feroz loby que hara el gobierno que metera miedo con la pérdida de igresos para el fisco y por ende menos ayudas sociales.
Esta idea es de autoría del diputado Álvaro Carter (UDI) que tiene por objeto concretar una rebaja del 50% el impuesto específico a las gasolinas y petróleo diésel, “en caso de estado de excepción constitucional o alguna calamidad pública que afecte o comprometa gravemente el empleo e ingresos de la ciudadanía y hasta que cese el acontecimiento que lo motivó, así como también sus consecuencias», fundamente el parlamentario.
A quien no le hizo gracia la idea fue al ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, quien explicó que el precio de las bencinas ha subido en línea con el incremento del valor del crudo a nivel mundial y por el aumento del tipo de cambio y defendió el subsidio estatal del también impopular Mecanismo de Estabilización de los Combustibles (Mepco), que –según él- «ha permitido rebajar lo que es el impuesto específico a los combustibles (…) nuestra institucionalidad ya tiene una reducción, ya existe conceptualmente y ha estado operando en meses anteriores».
Metiendo miedo
Como es costumbre en las autoridades de turno, el ministro de Hacienda recurrió al viejo libreto del miedo y le dijo a los diputados que esta –mala idea para él- afectará los ingresos para el fisco y por ende a las ayudas sociales ya que «podría disminuir en US$1.000 millones la recaudación, e incluso un poco más, en casi de US$1.200 millones, y eso es muy relevante, sobre todo para este año, porque hemos tenido un aumento importante de gasto público sobre todo por el IFE y los bonos».