Las protestas callejeras en Chile llegaron a Berlín a través de una exposición fotográfica de16 fotoperioistas chulenos que contrasta la actual resistencia social con la represión durante la dictadura militar, reseña la nota de la alemana DW, en la que realta la muestra gráfica y vídeos que se inauguró el pasado 8 de julio en la capital germana y permanecerá abierta hasta el 28 de agosto.
Una exposición fotográfica titulada «Represión y Resistencia Social en Chile- Ayer y Hoy”, que abrió sus puertas en la Fotogalerie Friedrichshain en Berlín, fue recibida con un enorme interés por parte del público, a juzgar por la masiva afluencia de visitantes. Tuvieron que aguardar su turno para ingresar debido a que solo se permitía la presencia de 20 personas a la vez.
La muestra exhibe la obra de fotógrafos independientes y miembros de colectivos, que registraron con su cámara la represión del estallido social en Chile de 2019, y a la vez, contrasta con la mirada retrospectiva del reconocido fotoperiodista José Giribás, que aborda la represión y la resistencia social durante la dictadura de Augusto Pinochet.
«El público reaccionó fascinado. Hay muchas fotografías que tienen una gran plasticidad, incluso parecen pinturas, son casi poéticas, de una gran variedad de colores, que muestran lo que es estar en medio de una batalla, con una violencia muy fuerte en primer plano», afirma Giribás, que fue testigo de las protestas. El fotógrafo había llegado a Santiago en octubre de 2019 para cubrir una cumbre de la APEC, cuando fue sorprendido por la revuelta. Su proyecto de abrir una exposición colectiva en Berlín sobre la efervecencia social en Chile fue realizado después de una larga espera y de numerosas trabas y gestiones, debido al coronavirus.
«Fueron bombas de todos los días en la calle. Incluso siguieron cuando volví a Berlín a fines de noviembre, porque las protestas pararon solo cuando llegó la pandemia», afirma Giribás en conversación con DW. La galería ofrece un recorrido virtual de la exhibición, cuya inauguración fue posible gracias a importantes patrocinadores, entre ellos el Instituto Goethe.
Cómo se produjo el estallido social
A la capital alemana llegó la obra de 16 fotoperiodistas chilenos (incluyendo a Giribás) que siguen la tradición de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), que documentó la represión durante la dictadura militar.
Las imágenes de los jóvenes fotógrafos y fotógrafas, que arriesgaron su vida en las calles, captaron la chispa que encendió la furia colectiva: el alza de la tarifa del sistema de transporte público en octubre de 2019. Esas protestas protagonizadas en su mayoría por universitarios, derivaron en un estallido social en las principales ciudades del país andino, al que se sumaron amplios sectores de la sociedad, lo que puso en jaque el modelo chileno. La protesta social condujo al actual proceso constituyente que busca redefinir el papel del Estado, pero la batalla no está ganada.
«Lamentablemente por la vía pacífica no ha habido ningún cambio en los países de Latinoamérica”, afirma la fotoperiodista Nicole Kramm, aludiendo a las actuales protestas en Cuba. «En Chile ya llevamos 40 años con la misma política corrupta que ha profundizado la desigualdad. La gente ya está cansada de esto, porque la élite política y económica se sigue fortaleciendo y la población sigue siendo pobre. En Chile lo único que frenó las protestas fue el coronavirus, pero a medida que bajan las medidas sanitarias por la disminución de casos, la gente está volviendo a la calle, eso evidencia que la gente no va a dejar de salir a la calle”, afirma Kramm.
La protesta social fue reprimida con una violencia excesiva por parte de los Carabineros. El saldo fue de unas 600 personas con lesiones oculares, y cientos de detenidos. «Todavía sigue habiendo muchos presos políticos a raíz de la revuelta, están encarcelados sin pruebas, con montajes y con poca comunicación con sus familiares. Hemos organizado muchas actividades y colectas para poder llevarles ropa y alimentos porque no tienen nada. Lo peor es que son criminalizados sin pruebas suficientes o con testigos encubiertos, que es la misma policía”, afirma por su parte Sofía Yanjarí, que al igual que Nicole Kramm viajó a Alemania para la apertura de la muestra.
La sociedad chilena está expectante
Sofía Yanjarí acababa de titularse como pintora y licenciada en Artes cuando comenzaron las movilizaciones. «Empecé a salir con la cámara un poco como turista, pero ya no la solté más. Al año siguiente estudié fotografía y tengo las dos carreras, la de arte y la de fotografía. Ahora mi foco de trabajo son los conflictos sociales”, afirma la joven fotoperiodista, que entre tanto trabaja para medios internacionales.
El reclamo popular es que los bienes públicos, que han sido prácticamente privatizados, como el agua, la educación, la salud y las pensiones, vuelvan a manos de un Estado que vele por el bienestar social. Aunque hay esperanzas con la elección de la activista mapuche Elisa Loncon, al frente de la Convención Constituyente en Chile, la sociedad chilena está expectante, afirma Sofía Yanjarí.
«Sabemos que la derecha no está muy feliz y ellos tienen el poder económico y militar. El día en el que tomó posesión la Convención hubo muchas protestas. Pese al coronavirus, la sociedad se sigue movilizando porque hay un gran tema pendiente que son los presos políticos y la impunidad”. Las fotógrafas destacan que aunque hay una querella internacional encabezada por el mismo juez Baltazar Garzón,que detuvo a Pinochet en Londres en 1998, el desenlace es incierto.
Víctimas de trauma ocular
En el centro de la muestra se encuentran las víctimas de la represión estatal con una serie titulada «Víctimas de trauma ocular”. Un video registró los testimonios de las personas agredidas por las fuerzas policiales.
«Fueron Carabineros de Chile, policía de investigaciones y militares. Se estima en 600 el número de afectados, pero la cifra oficial es de 500 personas, porque muchos no denunciaron, no se acercaron a los centros médicos por temor a la criminalización, a quedar detenidos o detenidas por estar en el contexto de la protesta”, afirma Nicole Kramm.
Ella misma perdió la visión de su ojo izquierdo, al ser agredida por un grupo de Carabineros que aguardaban escondidos detrás de los árboles. «Fue como tiro al blanco, con total alevosía porque ellos sabían que éramos comunicadores, llevábamos nuestras cámaras y nuestros micrófonos. El apuntar directo al rostro se convirtió en una táctica sistemática».