Volver a la escuela tiene un nuevo significado y presenta nuevas preocupaciones para los padres y las escuelas durante la pandemia, ambos deberán estar preparados para este inminente regreso, conocer y aplicar los protocolos de seguridad necesarios para garantizar “espacios libres de coronavirus”, entre las medidas que deberán mantenerse y reforzarse constantemente están:
Mantener el distanciamiento físico en las escuelas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un distanciamiento físico de al menos 1 m2 entre todas las personas que asisten a la escuela y un distanciamiento de mínimo 1 m entre los pupitres de los alumnos (OMS, 2020).
Reapertura escalonada o gradual para disminuir la cantidad de alumnos en las escuelas
Dividirlos por días de la semana o por grados y niveles; con prioridad para los niños en situación de más vulnerabilidad.
Disponibilidad de espacios alternativos a las salas de clases
Acondicionar otros espacios de las escuelas como gimnasios y salones de usos múltiples para impartir clases.
Prácticas de higiene y medidas de bioseguridad
Implementar rutinas frecuentes de lavado de manos, uso de cubrebocas y prácticas de higiene y limpieza constantes: renovar, mejorar o instalar la infraestructura necesaria para garantizar las condiciones mínimas de saneamiento.
Catalogar grupos de riesgo
Evaluar los riesgos a los que están expuestos los docentes y elaborar un plan logístico para cubrir sus ausencias así como flexibilizar las políticas laborales.
Monitoreo diario del estado de salud del personal y los alumnos
En caso de presentar signos o síntomas compatibles con la enfermedad, deberán mantenerse en casa e informar puntualmente al colegio para activar los protocolos de contención y prevención de posibles brotes.
Escuelas seguras
Actualmente no se tiene certeza del impacto real de la COVID-19 en niños, aún se sigue estudiando la magnitud de la enfermedad, por lo cual no podemos predecir el comportamiento ante un regreso a clases para ellos, sin embargo, el regreso a clases deberá considerarse paulatinamente dentro de un marco de seguridad y protección a la salud de los alumnos, los protocolos de prevención, detección y contención de posibles brotes deberán ser efectivos y reforzarse continuamente entre todo el personal, no apegarse a las medidas de seguridad establecidas podría poner en riesgo la operación de los colegios y la salud de los alumnos, docentes y personal auxiliar.
De acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las estrategias relacionadas con la reapertura de las escuelas deben agruparse en torno a tres áreas generales: preparación del sistema educativo (evaluación de la disponibilidad de personal, infraestructura, recursos y capacidad para reanudar las funciones), continuidad del aprendizaje y resiliencia del sistema. Con estas tres dimensiones como marco, se recomienda el diseño de intervenciones de política en el corto, mediano y largo plazo relacionadas con la resiliencia del sistema; es decir: con la necesidad de construir y reforzar la preparación del sistema educativo para anticipar, responder y mitigar los efectos de las crisis actuales y futuras.