Si bien la red social es un canal potente para lanzar un nuevo negocio, quienes ya la han utilizado para impulsar sus negocios aseguran que se debe tener disciplina y un buen capital inicial.
Durante los últimos años se ha evidenciado un cambio en los hábitos de compra en todo el mundo, siendo cada vez más las personas que lo hacen vía internet. Es por eso que, al momento de crear su marca, muchos emprendedores optan por hacerlo a través de Instagram, dado su alto nivel de penetración en los consumidores, sobre todo en segmentos menores de 35 años de edad.
Según datos y estadísticas de Instagram para 2021, hace tres años el 71% de las empresas en Estados Unidos ya tenía algún tipo de presencia en la red social, mientras que 2018 el 50% de sus usuarios seguía al menos una marca. Al mismo tiempo, se estima que la plataforma ayudaría al 80% de ellos a decidir si comprar un producto o servicio.
Pese a que probar suerte en las redes sociales no es fácil, sí es posible. Para ello, Alejandra Acevedo, fundadora de Raindoor, marca chilena de ropa outdoor femenina que nació en Instagram y que a la fecha cuenta con más de 200 mil seguidores y alrededor de cuatro mil likes por publicación, entrega algunos consejos:
– Patrones claros de marca: Esto se logra conempezar a construir, sabiendo bien cuál es la carencia que tiene el mercado y cómo proyectas cubrir esa necesidad. No necesariamente debes crear algo nuevo para que tu proyecto sea exitoso, sino que puedes tomar una idea ya existente y darle un sello propio.
– Pensar más allá del producto: Hoy los públicos son mucho más exigentes y “linkean” o conectan su vida con lo que usan o consumen. Por eso es vital reconocer cuál es tu público y qué busca proyectar en su día a día, para que tu marca impulse esas emociones o vivencias. Por ejemplo, buscar conectar a mujeres con la naturaleza y fomentar el deporte, con productos que les permiten sentirse identificadas con su estilo de vida. Así, cuando ellas piensen en ‘ropa de cabaña’ o un día de trekking, lo asociarán de inmediato a la marca.
– Tener referentes: Una de las ventajas de Instagram, es que permite ver las ideas y creaciones de emprendedores de todo el mundo y que pueden servir de inspiración. Es muy bueno tener referentes para saber cómo navegan en la red, qué impacto tienen con las personas que los siguen y qué visión tienen de sus negocios. No tienen que ser de la misma industria en la cual tú te desenvuelves, pero ojalá sean empresas que basen sus proyectos en públicos, valores o ideales similares a los de tu marca.
– Disponer de capital para publicidad pagada Si bien hace años atrás esta red social funcionaba de una forma muy orgánica y no se necesitaban grandes sumas de dinero para dar vida a un emprendimiento, actualmente se aconseja disponer de capital inicial para estrategias de marketing digital.
Al hacer publicidades pagadas en Facebook Ads – que es la red que retroalimenta a Instagram Ads – es importante considerar que es un “embudo”. Las personas entran a tu página a través de campañas de tráfico, y luego que la conocen, tienes que realizar campañas de “conversión”, que se traduce en que las personas hagan la acción principal, que es finalmente la compra. Una vez que se efectúa la venta, se puede hacer una acción de re-marketing, que es lanzar a esos consumidores otros mensajes que sigan manteniendo su fidelidad.
La campaña de tráfico es la más costosa, porque apunta a aquellas personas que no conocen tu producto y para llegar a ellas tienes que contarles de qué trata tu marca y la experiencia que transmite. Luego, cuando se logra ingresar a esa persona a tu negocio y a tu página, ahí recién puedes pensar en que realicen una compra.
– Actualización permanente de la cuenta de Instagram: Lo ideal es que todos los días puedas publicar al menos una historia en Instagram, y que ojalá la cantidad de fotos en el feed no supere las tres publicaciones en una jornada, para tener un efecto real y no saturar a las personas de información.
– Conocimientos en e-commerce y marketing digital. Esta formación te puede ayudar a dar mejora continua a los canales de distribución y a detectar cuando algo no conversa con los resultados que persigues. Por eso es relevante analizar y medir el impacto en las audiencias, con métricas y KPIs para ver qué estamos haciendo bien y qué debemos cambiar o mejorar. Actualmente hay muchos tutoriales o cursos de autocapacitación en Internet para reforzar estos conocimientos.
– Disciplina, constancia e innovación permanentes: Muchas marcas creadas en Instagram tienen éxito durante algunos años, pero luego dejan de innovar y se estancan. Cuando partes un emprendimiento digital, no tienes un jefe que te de la pauta a seguir. Por eso debes armar tu propia rutina y actualizarte sobre las tendencias del mercado. Hoy compites con muchas personas que tienen la misma creatividad en la red, y debes procurar ir siempre un paso más adelante.
– Trabajar con embajadores o micro-influencers: Un ítem relevante por el que las empresas se la juegan por crecer en Instagram, es el impacto y masificación de los influenciadores en la decisión de compra, quienes ya no necesariamente deben ser personas famosas o que tengan una gran cantidad de seguidores. Hoy estamos en la era de los “micro-influencers”, que son personas desconocidas, pero referentes en sus grupos sociales o de amigos y amigas. Se ha demostrado que consiguen resultados muy positivos en sus campañas, además de que se adaptan a diferentes presupuestos, por lo es muy recomendable contar con ellos a la hora de lanzar un nuevo producto,
De todas formas, trabajar con comunidades de embajadoras o embajadores va más allá de los beneficios que obtienen o de verlo como un recurso de marketing, ya que ellos terminan transformándose en una especie de familia. Si encuentras estos referentes tan potentes, se genera un círculo virtuoso, ya que esa buena energía y amor que tienen por tu marca, también son traspasados al cliente final.