Aumento en la eficiencia de producción de 20% a 35%, una mejora en el rendimiento de 15% a 25%, reducción del costo de mano de obra de 3% a 8% y hasta 40% menos gastos por concepto costos de mantenimiento son posibles gracias a la tecnología.
Debido a la pandemia, los lugares de trabajo y el personal están cambiando cada día. Ante esto, la fabricación inteligente es considerada como la mejor solución personalizada y escalable que pueden implementar las empresas para transformar la manera en la que operan de manera competitiva.
El sistema de ejecución de fabricación MES (Manufacturing Execution System) que ofrece Rockwell Automation es el elemento esencial para realizar una transformación digital. Permite la organización y optimización inteligente de la empresa, en tiempo real y junto con los procesos físicos y digitales en las fábricas, a lo largo de toda la cadena de valor. MES ayuda a eliminar la fricción entre diferentes áreas dentro de la empresa, si éstas antes operaban de forma aislada, y también ayuda a enlazar las funciones de varios procesos de fabricación de toda la planta a través de los pedidos de clientes.
“MES respalda la operación de fabricación y hace todo en cuanto a lo que solicita la expectativa del cliente”, explica Claudio Miranda, Manager Technology Consulting para la región del Cono Sur de Rockwell Automation. “Vincula la planta con los datos, toma los datos y los transforma en información y esta información puede ser transmitida a lo largo de la cadena de suministro para la toma de decisiones, y eso es lo más relevante que tiene nuestro sistema”.
La empresa puede obtener mejoras en: la gestión de conocimientos y recetas, aseguramiento de calidad, aplicación de las normas de la empresa, seguimiento de WIP y genealogía, así como gestión del rendimiento y seguimiento de materiales. De tal forma que, la empresa es capaz de demostrar el cumplimiento de las normas, detectar problemas de calidad antes de despachar los productos y adaptarse rápidamente a los cambios de estos, así como desarrollar la resiliencia necesaria para soportar interrupciones en la cadena de suministro.
El sistema permite comparar el tiempo de uso del equipo con el tiempo disponible, incluido el tiempo improductivo, el tiempo de inactividad y el tiempo de transición. Asimismo, supervisa el progreso de unidades, remesas o lotes de salida para crear un historial completo del producto. De igual forma, dirige al personal, máquinas, herramientas y materiales y lleva a cabo un seguimiento de lo que están haciendo en ese momento o lo que acaban de hacer.
Por otro lado, se puede comparar el rendimiento medido en la planta con los objetivos y métricas establecidas por el fabricante del equipo, los ingenieros de procesos, la corporación o los clientes. Además, gestiona el mantenimiento para mantener el rendimiento de los equipos y otros activos fijos de la planta según el objetivo.
“MES busca cómo gestionar efectivamente los flujos de desperdicios para aumentar índices de producción y KPIs, con la menor cantidad posible de pérdidas, y permitiéndonos ser ágiles y receptivos en la manera de fabricación en la cadena de suminsitro”, detalla el especialista de Rockwell Automation.