El diputado Daniel Verdessi, jefe de la bancada DC, abordó la importancia de la negociación para alcanzar acuerdos en el actual escenario, las alianzas en Unidad Constituyente y, en especial recalcó que «sí importa quien gobierne», poniendo como ejemplo lo sucedido en los últimos años en Venezuela.
En conversación con el programa Las Cartas sobre la Mesa de Infogate, el parlamentario por el 6° Distrito de la Región de Valparaíso, explicó que ante el cuestionamiento de si importa o no quien gobierna, que «había un país que era muy similar a Chile en riqueza, que era Venezuela, que incluso era más rico. Venezuela tenía un producto interno bruto de más o menos US$ 300 mil millones hasta hace 10 años atrás. Hoy día es impresionante el deterioro: tiene US$ 40 mil millones, o sea, perdió el 70% de su PIB con la gestión de Maduro; se hundió la pequeña y mediana empresa, se aniquiló, y solamente les queda el petróleo, que además está empeñado a China. Es decir, sí importa quien gobierne«.
Por ello, reitera que «cuando dicen «a mi no me importa quien gobierne porque igual tengo que trabajar», no pues, no es así, sí importa quien gobierne, porque resulta que tienes que saber que los países no se construyen en dos años, se construyen en muchos años con mucho esfuerzo, mucho talento y mucha fuerza. Y lo que Chile es hoy día es producto de toda su historia, no es producto de los últimos dos años o de algún joven iluminado que cree que ahora todo está recién haciéndose. Entonces, preocupa que hoy no se considere cómo se construyen los países, a través de grandes ideas políticas pero también a través de muchos años de esfuerzo y de buenas políticas públicas«.
¿Qué pasa al interior de la DC?
El parlamentario no podía dejar de abordar la situación de su partido y su relación con sus socios al interior de la Unidad Constituyente.
Así, irónica pero realísticamente, señaló que «este amor de la DC por los socialistas, el PPD y los demás no es un amor como el matrimonio cristiano, es más bien como un contrato donde tiene que estar todas las reglas sobre la mesa porque el gran tema de estos acuerdos se traduce en poder político. Y resulta que esto es como un baile de máscaras donde la máscara se saca a las 23:59 del momento de inscribir candidaturas presidenciales y las elecciones parlamentarias».
Ejemplificó con el «drama» vivido por el Partido Socialista, su histórico aliado a lo largo de la Concertación y Nueva Mayoría, recordando que «lo que le ocurrió por ejemplo al Partido Socialista cuando va en esa eventual fallida inscripción con el Frente Amplio y el Partido Comunista, donde todo era amor mientras se hablaba de la candidatura presidencial, pero cuando los socialistas pidieron hacer el acuerdo para las parlamentarias, se acabó el amor y en ese momento dijeron «no, eso es otra cosa». Y hasta allí llegó no más la inscripción».
Sobre la propia Falange, comentó que «algo parecido nos pasa a nosotros en el sentido de que nosotros sí queremos ir en una coalición de centroizquierda, donde no estamos invitados, por supuesto, por la izquierda dura, y ellos tampoco están invitados».
Añade en este punto que «creo que la Unidad Constituyente -la constituyen estos cuatro partidos- sí tienen una coherencia en el sentido de que hay un común denominador, que somos demócratas, es decir, ninguno opta por la vía armada, la insurreccional o la democracia procedimental (como le llaman ahora) y eso es muy importante», recalcando que «ya se ve que eso sí tiene un sentido para el país y tiene sentido a nivel mundial».
Sostiene aquí que «las democracias que no son representativas no son democracias. Lo que ocurrió en Venezuela: no es una democracia, que decir de Cuba. Se ve que hay una tendencia a hacer estas dictaduras constitucionales que al final son una manipulación de la democracia y no representan nuestra opción»
Aquí, hace hincapié en que «hay otros que son de izquierda y son demócratas y eso hay que tenerlo claro: los socialistas, el PPD, los radicales que son socialdemócratas. Y creo que en ese sentido es tener una opción, un programa común, un candidato presidencial común, y una lista parlamentaria común«.
«Eso es lo que nosotros esperamos y queremos, algo muy necesario para ser una opción frente al país«, acotó.
Espíritu de negociaciones, IFE y Pymes
Por otra parte, se refirió al proceso de negociación entre la oposición y el Gobierno en el marco de la Agenda de Mínimos Comunes, graficado con el IFE Universal y las medidas proPymes.
«El gran logro que significa lo que llamamos el RUBE (Renta Universal Básica de Emergencia), pero que el Gobierno lo siguió denominando el IFE, es producto del diálogo; la que fue a ver al Presidente Piñera a La Moneda a dialogar, fue la presidenta del Senado, que representa a un poder del Estado que dialoga«, manifestó.
Reiteró que «cuando se dice que es una demócratacristiana, no, es mucho más que eso: es la presidenta del Senado representando a la oposición y también a buena parte de la derecha, porque había una preocupación muy grande de los populismos: desfondemos a las pensiones, alguien tendrá que arreglar la cosa después, el cuarto retiro, etcétera».
Seguidamente explicó que «esta acción de un poder del Estado, que fue aprobado por votos transversales en todo el Parlamento (en el Senado fue unánime) y se produce este milagro de que US$ 10 mil millones finalmente son transferidos, era hasta agosto y se logra hasta septiembre (logro de la Cámara de Diputados) y este mínimo común significa la importancia del diálogo, porque si nosotros seguimos manifestándonos pero sin llegar a una petición concreta, dura, difícil, que el Gobierno tuvo que estudiarla y tiene que endeudarse para hacerlo, pero que era indispensable, muestra que ese es el camino, un camino que yo diría institucional, pero que tiene resultados y tiene su producto«.
Finalizó refiriéndose al apoyo a las pequeñas y medianas empresas, indicando que «todos ganan con eso, porque finalmente lo último que faltaba, que era el apoyo a las pymes, que eran US$ 3 mil millones, finalmente se logra (…) No hay ningún negocio mejor que salvar una pyme, porque estas son las que dan empleo y construir una se demora 2 a 3 años y si la perdemos ahora no la vamos a tener. Es muy difícil que se recupere alguien; recordemos que el principal capital de los países es el talento empresarial».