Carlos Peña analiza la «Declaración de los 34» y asegura que: «Desconoce las reglas»

El problema entonces de esa declaración es que junto con desconocer las reglas —las mismas reglas que convirtieron a quienes la firman en convencionales— muestra una voluntad de imponer una cierta concepción, más que una voluntad de construirla mediante la deliberación conjunta.

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Este domingo el abogado Carlos Peña escudriña la declaración de los 34 Constituyentes que tituló “Vocería de los pueblos de la revuelta popular constituyente” que ha alarmado a la política tradicional, esa política que no logra superar el 10% de las confianzas ciudadanas según las encuestadoras; y ha alarmado porque dicha declaración sostiene que «El poder constituyente originario es un poder plenamente autónomo (…)  Llamamos a hacer efectiva la soberanía popular de la constituyente, expresada tanto en el reglamento como en las normativas que debe darse, sin subordinarnos a un Acuerdo por la Paz que nunca suscribieron los pueblos». Peña sostiene que :

«El problema entonces de esa declaración es que junto con desconocer las reglas —las mismas reglas que convirtieron a quienes la firman en convencionales— muestra una voluntad de imponer una cierta concepción, más que una voluntad de construirla mediante la deliberación conjunta».

El siguiente es el análisis completo de Carlos Peña:

La declaración de la Vocería de los Pueblos —los 34 convencionales que pretenden no estar sometidos a regla previa alguna— pone de manifiesto uno de los problemas de la política en el mundo moderno.

Un problema que también late en el subsuelo de la política chilena.

Ese problema consiste en la falta de un momento incondicional que sirva de fundamento a lo que se decide.

En la política concebida al modo clásico, la voluntad quiere algo; pero eso que ella quiere es producto de la reflexión, de una búsqueda de lo mejor y lo más bueno que, una vez que se dilucida, orienta a la voluntad y la limita. Es lo que dice Aristóteles cuando sugiere que la ética tiene como tarea fundamental discernir lo que es bueno. Nos conviene averiguarlo, dice, no para saber más, sino para ser mejores. Una vez que se sabe lo que es bueno, enseña Aristóteles, es posible ordenar los esfuerzos de la propia vida como “el arquero que apunta a un blanco”. Y lo que se dice de la vida individual también valdría para la vida colectiva: la política poseería una dimensión reflexiva para orientar a la voluntad y fundar su decisión.

Pero una de las concepciones de la política en la modernidad renuncia a la búsqueda de ese fundamento o, mejor aún, se erige como fundamento de sí misma. Esa es la fuente de la virtud y el origen de los defectos de una concepción puramente mayoritaria de la democracia que parece ser predominante en la esfera pública del Chile de hoy. Es lo que muestra el concepto de soberano que está implícito en la declaración de la Vocería de los Pueblos. Soberano —dijo Austin, un autor del siglo XIX— es aquel a quien todos obedecen sin que él, por su parte, obedezca a nadie. Decir entonces que el pueblo, o los pueblos, son soberanos —como lo afirma la Vocería de los Pueblos— quiere decir que su voluntad es el criterio final sin que exista nada externo a ella misma que permita juzgarla. La voluntad, en otras palabras, erigida como fundamento de sí misma.

Así entonces, el problema que plantea esa declaración va mucho más allá del incumplimiento de las reglas.

Se trata de algo más radical.

Se trata de la falta de disposición a reflexionar o deliberar en conjunto con los restantes miembros de la Convención buscando saber lo que es mejor para todos. Deliberar o reflexionar supone la conciencia de que hay algo que puede orientar el propio quehacer, algo que puede ser averiguado mediante la conversación y la consideración de argumentos y no mediante la simple suma de voluntades. Este es el sentido de un proceso constitucional en el que hay mayorías y minorías, cada una portando argumentos y razones que se exponen a consideración del otro. Ese es el sentido del proceso que se convino a propósito de los acontecimientos de octubre.

Y eso es lo que resulta difícil conciliar con el punto de vista que ha expuesto la Vocería del Pueblo.

Si la voluntad es fundamento de sí misma —en otras palabras, si es soberana en el sentido que esos convencionales sugieren—, entonces de lo que se trata no es de reflexionar para averiguar lo que sea mejor, sino de juntar fuerzas simplemente para imponer el propio punto de vista. Este es el problema que subyace en una concepción puramente mayoritaria de la democracia: la creencia de que el mayor número de voluntades es el fundamento suficiente de cualquier decisión.

El problema entonces de esa declaración es que junto con desconocer las reglas —las mismas reglas que convirtieron a quienes la firman en convencionales— muestra una voluntad de imponer una cierta concepción, más que una voluntad de construirla mediante la deliberación conjunta.

Y ese es un problema de veras grave.

Porque lo que requiere la sociedad chilena es reconstruir, mediante la conversación ciudadana, los vínculos que constituyen a la comunidad política. Ese es el valor del proceso constitucional que la declaración de la Vocería de los Pueblos desconoce, remata Peña.

La Vocería de los Pueblos está conformada por:

  1. Natividad Llanquileo Pilquimán, constituyente Mapuche
  2. Elisa Loncon Antileo, constituyente Mapuche
  3. Rosa Catrileo Arias, constituyente Mapuche
  4. Eric Chinga, constituyente pueblo Diaguita
  5. Luis Alberto Jiménez Cáceres, constituyente Aymara
  6. Isabel Godoy Monárdez, constituyente pueblo Colla
  7. Dayana Gonzalez, Distrito 3, Lista del Pueblo
  8. Cristina Dorador Ortiz, Distrito 3, Movimiento Independientes del Norte
  9. Constanza San Juan Standen, Distrito 4, Asamblea Constituyente Atacama
  10. Daniel Bravo Silva, Distrito 5, Lista del Pueblo – Movimiento Territorial Constituyente
  11. Ivanna Olivares , Distrito 5, Anamuri – Movimiento Territorial Constituyente – Modatima – Lista del Pueblo
  12. Janis Meneses Palma, Distrito 6, Coordinadora Movimientos Sociales
  13. Carolina Vilches, Distrito 6, Modatima
  14. Cristobal Andrade, Distrito 6, Lista del Pueblo
  15. Lisette Vergara, Distrito 6, Lista del Pueblo
  16. Camila Zárate, Distrito 7, Lista del Pueblo
  17. Marco Arellano, Distrito 8, Lista del Pueblo
  18. Maria Rivera, Distrito 8, Lista del Pueblo – MIT
  19. Alejandra Pérez Espina, Distrito 9, Lista del Pueblo
  20. Alondra Carrillo Vidal, Distrito 12, Voces Constituyentes – CF8M
  21. Rodrigo Rojas Vade, Distrito 13, Lista del Pueblo
  22. Francisco Camaño Rojas Distrito 14, Asamblea Territorial del Maipo
  23. Loreto Vallejos Dávila, Distrito 15, Lista del Pueblo
  24. María Elisa Quinteros Cáceres, Distrito 17, Asamblea Popular por la Dignidad
  25. Elsa Labraña Pino, Distrito 17, Lista del Pueblo
  26. Francisca Arauna Urrutia, Distrito 18, Lista del Pueblo Maule Sur
  27. Fernando Salinas, Distrito 18, Lista del Pueblo Maule Sur
  28. César Uribe Araya, distrito 19, Fuerza Social de Ñuble, Lista del Pueblo
  29. Bastián Labbe Salazar, Distrito 20, Asamblea Popular Constituyente
  30. Vanessa Hoppe Espoz, Distrito 21, Coordinadora Nahuelbuta Biobío Constituyente
  31. Manuela Royo, Distrito 23, Modatima
  32. Adriana Ampuero, Distrito 26, Red de Organizaciones Territoriales y Asambleas de Chiloé
  33. Elisa Giustinianovich, Distrito 28, Coordinadora Social Magallanes
  34. Manuel Woldarsky, D10, Lista del Pueblo

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