Curioso, pero no extraño resulta que lo dos principales medios que hacer de caja de resonancia para el gobierno y para Chile Vamos (Mercurio y Tercera) intenten dar consejos para darle alguna línea de ordenamiento al «sector» que atraviesa por una de las peores crisis de liderazgo y confianza pública, crisis que también afecta a la centroizquierda porque lo que hoy tiene el país es una profundísima crisis de legitimidad, confianza y falta de liderazgo que comenzó no con los últimos gobiernos, sino que en el momento mismo en que la corrupción y la incestuosa relación políta&negocios se enquistó en gran parte del arco político, ptoque tanto en la izquierda como en la derecha el único verdadero amor es al «dios dinero».
La Tercera con un editorial más realista advierte sobre la crisis usando los lapidarios datos de la última CEP: «En esta tarea de acuerdos y reconstrucción institucional el Jefe de Estado, pese a la debilitada situación en que se encuentra, tiene una ventaja: los otros no están mejor. De acuerdo a la encuesta CEP dada a conocer esta semana, todas las instituciones políticas experimentan una alta desconfianza a los ojos de la ciudadanía. Así, si bien el gobierno genera solo 9% de confianza, el Congreso alcanza un 8%. Para el caso de los partidos políticos, apenas llegan a un 2%. Es decir, un 98% de la población desconfía de ellos».
Por eso llama la atención que el editorial mercurial le mande los siguientes consejos: «La Moneda y el oficialismo ante la crisis. Nuevamente horas oscuras ha debido enfrentar el Gobierno, tras la controversia por el tercer retiro previsional y la desconcertante decisión del Tribunal Constitucional, que se analiza en esta misma página. Ha sido, en verdad, toda la discusión de los retiros expresión extrema de la situación de desbordamiento en que aparece sumido el país, confluyendo algunos de los peores rasgos del actual escenario, desde la infatuación populista que va corroyendo las instituciones, hasta el atropello sistemático de las normas constitucionales, la radicalización del debate y el quiebre de las lealtades.», sostiene El Mercurio que le enrostra al oficialismo su falta de lealtad y que han dejado abandonado a «su» gobierno como icen algunos parlamentarios que votan en contra justamente de «su» gobierno como el senador Moreira.
En esta línea destaca el viejo diario: «Se observa un gobierno demasiadas veces sorprendido por los acontecimientos, obligado a reaccionar tardíamente ante circunstancias que no controla y del que una parte creciente de su propia coalición toma distancia en momentos decisivos (…) Es precisamente recomponer el sentido de coalición el primer desafío político que en estas circunstancias deben resolver el oficialismo y el Ejecutivo, tanto para garantizar la gobernabilidad durante lo que resta del período como para su proyección futura. De lo contrario, La Moneda seguirá inerme frente a los embates de una oposición que —más allá de las muchas diferencias que la cruzan— está empeñada en asestar una derrota estratégica a la centroderecha como opción de gobierno para Chile».
«Con una dedicación inclaudicable (Piñera) y un sentido de la responsabilidad excepcional en medio de las actuales oleadas demagógicas, su gestión registra logros importantes en diversos ámbitos sectoriales, incluido el manejo de la emergencia sanitaria», resalta el Editorial de El Mercurio.
¿Piñera víctima de políticos y ministros malos e inexpertos?
Pero El Mercurio va más allá y sale en una desenfrenada defensa del Presidente Sebastián Piñera y de los «coroneles UDI» -que dicho al interior de su propia coalición e incluso en el entorno de los asesores palaciegos confidencian que el gran problema para las soluciones y mejorar la gobernanza es justamente el propio Piñera que está de plenipotenciario y doblega a sus ministros a lo que él dictamina. Además -sostienen nuestras fuentes- el Mandatario no los trata como ministros de Estado sino que como simples empledados que no tienen espacio para disentir.
Pero el viejo Mercurio sostiene: «Asediado por una oposición implacable y asumiendo el costo de las peores crisis que Chile ha enfrentado en décadas, no es justo el nivel de ensañamiento de diversos sectores en contra de la figura del Presidente de la República. Con una dedicación inclaudicable y un sentido de la responsabilidad excepcional en medio de las actuales oleadas demagógicas, su gestión registra logros importantes en diversos ámbitos sectoriales, incluido el manejo de la emergencia sanitaria. Eclipsa ello, sin embargo, el profundo déficit político que exhibe el Ejecutivo. Más allá de las capacidades personales de los ministros de La Moneda, no parece encontrar el mandatario en su equipo una adecuada contraparte. Esta carencia se manifiesta sobre todo en la cartera de Interior, en la cual, luego de la salida de Andrés Chadwick, el Presidente parece haberse resistido a entregar poder a una figura del sector que permita liderar y coordinar la conducción política. Distintos mandatarios lo han hecho en el pasado, lo que les ha permitido enfrentar de mejor forma las crisis».
La Tercera sentencia: «Tuvo que claudicar»
En tanto La Tercera -muy, muy «amigui» de un sector de La Moneda- le enrostra al Presidente Piñera su incapacida: «El Presidente de la República cierra una nueva semana muy compleja para él. Si la anterior había sido incapaz de detener el avance del proyecto del tercer retiro de fondos de las AFP -que se aprobó con votos de su propia coalición-, esta termina con una derrota aún más bochornosa, cual es que el Tribunal Constitucional declaró inadmisible su requerimiento contra la citada iniciativa. Así, el Mandatario, sin apoyo político para utilizar la atribución del veto, tuvo que claudicar y promulgar la ley tal como fue aprobada en el Parlamento«, sostiene el editorial del diario de Álvaro Saieh.
Pero La Tercera, con más realismo político que El Mercurio, «Quedan 10 meses de gobierno y tanto el Presidente como su coalición deben elaborar una estrategia para seguir gobernando. Para ello, es evidente que La Moneda tiene que, en primer lugar, hacer un mea culpa e intentar no repetir los errores que la llevaron a esta situación. La idea de que puede gobernar de espalda a sus propios partidos y a la oposición está superada».