Tres estudiantes de las Escuelas del Cariño nos cuentan su camino para llegar a la educación superior técnico profesional.

En Chile, según la encuesta Casen 2018, existen casi 5 millones de personas adultas que no han terminado su enseñanza media. Un tema país que suele pasar ‘por el costado’ y no se le da la importancia que realmente tiene.

Durante cerca de tres años, la mesa de educación de Compromiso País ha impulsado un trabajo conjunto entre el sector privado y el público para entregar oportunidades de escolarización, del que forma parte AIEP y las Escuelas del Cariño, corporación que busca contribuir a la superación de la pobreza a través de la nivelación de estudios y la capacitación técnica y laboral.

Los distintos programas permitieron que el año pasado 200 mil personas pudiesen nivelar sus estudios. Es así como AIEP el año 2020, becó a 3 estudiantes de la Escuela del Cariño que sobresalieron por su buen rendimiento académico, sus historias de vida y las ganas por salir adelante, para que pudieran seguir sus estudios superiores en dicha casa de estudios técnico profesionales.

 LAILA CHIBEL: RETOMAR UNA VIDA

Cuando tenía seis años, Laila Chibel (24) llegó con su familia desde Argentina para comenzar una nueva vida. Laila empezó a ir al colegio, pero tiempo después, cuando tenía 16 años, quedó embarazada abandonando sus estudios de enseñanza media.

Así ya con dos hijos dedicaba su tiempo a trabajar y ser madre. Pero, un día iba de paso por la Municipalidad de San Miguel y se enteró de las Escuelas del Cariño. Pronto, decidió matricularse. No era la primera vez que intentaba completar sus estudios, pero esta vez fue concreto.

Según cuenta Laila, “antes me había registrado para dar exámenes libres… pero no pude. No me dio la cabeza y el tiempo, no es lo mismo que asistir a clases”, afirma. Durante dos años, estudió en la Escuela de San Miguel y completó la totalidad de su enseñanza media. Ahora, está lista para desarrollar otra etapa con una motivación muy clara en su mente, que es la de un nuevo comienzo.

“Retomé mi vida no solo por mí, sino que también por mis hijos. Quiero trabajar en lo que me gusta, estar con los niños, enseñarles y compartir con ellos”. En marzo inició sus estudios en la carrera de Asistente de Párvulos en AIEP San Joaquín.

VIVIANA HERRERA: VENCER EL MIEDO

Hace tres años, Viviana Herrera (39) encontró un anuncio pegado en un poste cerca de su casa, en el que se invitaba a personas que no han terminado su enseñanza media a un programa que les permite completarla. Guardó el número que allí aparecía y, al llegar a su casa, comentó a sus hijas su interés por retomar los estudios.

“Fue algo repentino, pero me apoyaron desde un comienzo. Me daba un poco de miedo volver, después de tantos años, pero mis hijas decían que lo hiciera, que me atreviera”, dice Viviana.

Así, se armó de valor y decidió retomar sus estudios, los mismos que se vio obligada a abandonar a los 11 años tras la muerte de su padre. En tres años en la Escuela del Cariño de la Granja, Viviana completó los cursos de séptimo básico a cuarto medio.
“Mi paso por la escuela fue algo muy grato para mí, porque conocí gente y los profesores eran muy buenos, había un buen trato. No hay palabras para describirlo, nunca hubo algo malo”, comenta.

El 22 de marzo, inició sus estudios de Técnico en Enfermería mención Ginecobstetricia en AIEP San Joaquín, donde buscará cumplir el sueño que ha tenido toda su vida, que es ayudar y aportar a la maternidad en Chile.

FRANCISCO BRAVO: LA FAMILIA COMO MOTOR DE VIDA

Francisco Bravo (32) dice conocer el mundo rural como la palma de su mano, sabe “qué debe plantarse y cómo tratar con los patrones”. Toda su vida ha estado ligada al campo en los alrededores de Curicó. Pero, después de que nació su hijo se propuso explorar un área distinta, una que había dejado a un lado cuando era más joven.

“Dejé el colegio porque era muy inmaduro y quería trabajar, le agarré cariño al dinero. Pero, cuando supe que iba a ser padre empecé a mentalizarme en terminar mis estudios, porque quería darles lo mejor a mi señora y a mi hijo”, afirma.

Fue así como Francisco volvió al aula en la Escuela del Cariño de Curicó, donde terminó los cursos de primero a cuarto medio. Hoy, como estudiante de AIEP continuará sus estudios como Técnico en Administración de la Producción Agropecuaria y Agroindustrial, un área en la que Francisco se siente totalmente a gusto.
“Quiero estar en el campo, porque ahí uno trabaja libre. También pienso explorar la ganadería, no sé mucho sobre los animales, así que me gustaría conocer más sobre el tema”, comenta Francisco, quien inició su primer semestre en la educación superior.

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!