Mientras el Gobierno sigue haciendo anuncios rimbombantes que ahora sí habrá más castigo a los delicuentes -como si esto los fuera a asustar a los malandrines- y envía y envía leyes y modificaciones para endurecer y burocratizar más las leyes existentes, como el envío del proyecto de ley que tipifica el delito de encerrona, pero además aumenta las sanciones hasta presidio perpetuo calificado para quienes al cometer un robo de este tipo maten a un menor de 14 años, a un mayor de 65 años o a una persona discapacitada.
El presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva, explicó que esta idea no tiene efecto real, confirmando así que los anuncio de La Moneda son simples «fuegos de artificio»: «Las penas pueden tener una finalidad preventiva o una finalidad punitiva. Seguramente ellos (en el Gobierno) están pensando que en estos casos la pena más alta hace que la gente se abstenga de cometer delitos, pero esa es una teoría que el derecho penal desde hace tiempo ha dejado de lado (…) Antiguamente el derecho penal tenía como objetivo la prevención y el castigo de los delitos. La ciencia penal moderna habla más bien que se tiene que tender a resocializar a los delincuentes», explicó Silva.
«El hecho de que los delitos tengan más penas no siempre hace que la gente se abstenga de cometer esos delitos porque ahora tienen una pena mayor. Ojalá, si es la finalidad que se busca, se logre», sentenció. comentó.