Richard Kouyoumdjian analiza a fondo la polémica Declaración Chile-Argentina en que se le entregó abierto apoyo las reclamaciones territoriales de Buenos Aires

El analista de AthenaLab analizó y proyectó los puntos más polémicos de la Declaración Conjunta firmada por los Presidentes de Chile y Argentina,durante la visita de este último a nuestro país esta semana.

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La Declaración Conjunta firmada por los presidentes de Chile y Argentina durante la visita de este último a nuestro país esta semana terminó arrastrando una montaña de críticas, en el entendido para varios analistas y representantes del mundo político nacional que nuestro país terminó ofreciendo mucho pero con escasa o nula retribución por parte de nuestro vecino haciendo peligrosos gestos a Fernández que podrían jugarle encontra a Chile en el futuro cercano.

Peor aún, dejando abiertas numerosas puertas que más bien invitan a futuros problemas.

Fue el punto 51 de esta Declaración el que más polémicas concetró y que le significó duras críticas al Presidente Sebastián Piñera.

El debatido artículo indica que «el Presidente Piñera reiteró el respaldo del Gobierno de Chile a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. En este sentido, ratificó la necesidad de que los Gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden las negociaciones a fin de encontrar, a la mayor brevedad posible, una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y otros foros regionales y multilaterales».

Añade que «el Presidente Fernández expresó su agradecimiento en nombre del Gobierno Argentino por el tradicional apoyo del Gobierno de Chile en la Cuestión de las Islas Malvinas«, recalcando que ambos mandatarios «reiteraron que la adopción de medidas unilaterales, incluyendo la explotación de recursos naturales, renovables y no renovables del área en controversia, no es compatible con lo acordado en las Naciones Unidas, y reconocen el derecho que le asiste a la República Argentina de emprender acciones legales, con pleno respeto a los tratados vigentes y del Derecho Internacional, contra las actividades no autorizadas en dicha área».

Al respecto, el analista y vicepresidente de AthenaLab, Richard Kouyoumdjian explicó a Infogate que se trata del «punto más complejo de la declaración. No sólo queda por escrito el apoyo de Chile a las reclamaciones argentinas sobre las Falklands, Georgias del Sur, Sandwich del sur, pero más peligroso aun, sobre los espacios marítimos circundantes, todo lo cual ha sido una de las base de la reclamación argentina sobre la plataforma continental extendida, la que como se sabe, nos afecta a nosotros y entre otras cosas, nuestros derechos antárticos».

Detalla a continuación que «mientras no se resuelva el tema de la PCE argentina y su impacto sobre nuestros mares australes y derechos antárticos deberíamos bajar el nivel de la intensidad de nuestra relación. Ya sabemos por experiencia propia que la forma de trabajo de las cuerdas separadas no trae buenos resultados. Ponerse duros con Argentina tiene un mínimo impacto económico y nos podemos dar el lujo de presionarlos».

«Por último, cuidado con este tipo de declaraciones. Después pasan a ser parte de los argumentos que se usan en juicios arbitrales o tribunales como el de la Haya», acotó elanalista.

Defensa

También abordó el apartado de «Cooperación de Materia de Defensa«, que en su punto 18 bis establece que «los presidentes valoraron la continuidad de la Fuerza de Paz Conjunta Combinada “Cruz del Sur” y se comprometieron para avanzar en la actualización del Memorándum de Entendimiento suscrito por los Cancilleres y Ministros de Defensa de ambos países el 22 de noviembre de 2010«.

Al respecto, criticó los resultados reales de la mencionada Fuerza de Paz, afirmando que «esta iniciativa no ha resultado en nada significativo y solo ha significado gastos«, precisando que sus resultados se hace necesario «revisarla y ver por donde la queremos llevar».

Tecnología

En el numerando 23bis de la sección «Tecnologías, Energía, Innovación«, se indica que «ambos Presidentes coincidieron en que el proyecto de Cable Submarino Transpacífico, que conectará América del Sur con el Asia Pacifico, tiene un carácter estratégico para ambos países e integrador para la región. La República Argentina manifiesta su compromiso de participar en el proyecto, efectuando un aporte de capital cuyo monto y modalidad será determinado de común acuerdo entre, Desarrollo País, la entidad pública chilena a cargo de la estructuración del mismo y la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT)«.

En este punto, Kouyoumdjian manifestó que se trata de un «proyecto estratégico de Chile» respecto del cual fue tajante: «No los invitaría a la propiedad. Solo les vendería el servicio«.

Las razones, en su opinión, son más que justificatorias. «Ellos hace mucho que quieren colocar banderas en el Pacífico y por último, son muy dependientes de los chinos y por ende susceptibles a sus presiones«.

En tanto, en el punto 26 se estableció que ambos mandatarios «coincidieron en la importancia de seguir trabajando colaborativamente para incrementar las exportaciones e importaciones de gas natural entre ambos países. También acordaron rehabilitar el oleoducto que une la Provincia de Neuquén en la República Argentina, con la Región del Biobío en la República de Chile, lo cual ayudará en la integración energética entre ambas naciones«.

En este acápite hizo hincapié en que «la experiencia en esta materia es mala. La inversión argentina es muy baja y son proveedores poco confiables. Nosotros, con el avance de las energías del tipo ERNC y ahora en particular de hidrógeno verde dejamos de tener dependencia de soluciones fósiles, incluyendo el gas argentino».

Asuntos antárticos

En tanto, en el punto 30 del capítulo dedicado a «Asuntos medioambientales, oceánicos y antárticos«, la Declaración Conjunta señala que los presidentes de ambos países «destacaron los progresos del trabajo a nivel técnico-administrativo en materia de Parques Nacionales Conjuntos. Acordaron seguir avanzando en líneas estratégicas de manejo de incendios forestales; conservación de especies emblemáticas y acciones de uso público -incluyendo propuestas turísticas y un cobro de acceso especial para argentinos y chilenos para los Parques Nacionales Nahuel Huapi y Lanín de Argentina y Vicente Pérez Rosales y Puyehue de Chile«.

Sobre este párrafo, el analista pidió poner especial atención con «las implicancias de esto para fines de reclamos o acuerdos de limites futuros. Este tipo de decisiones pueden complicar a futuro».

Entrando de lleno en los asuntos antárticos bilaterales, Kouyoumdjian se refirió a los puntos 35 al 38, en los que se indica que Piñera y Fernández «destacaron la relación antártica estratégica entre ambos países y coincidieron en la importancia de continuar fortaleciendo la cooperación bilateral y el mutuo apoyo en el marco del Sistema del Tratado Antártico«.

Añade que «en especial expresaron la importancia del trabajo conjunto diplomático y científico que se ha realizado para proponer el establecimiento de un Área Marina Protegida en la Península Antártica Occidental y Sur del Arco Scotia (Dominio 1), esperando que esta propuesta sea aprobada a la brevedad por la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA)«.

Manifiesta también que «asimismo, resaltaron la relevancia del Comité Ad-Hoc de Coordinación Política en Materias Antárticas, creado en 2012 y que ha permitido intensificar el diálogo y el desarrollo de acciones concretas de colaboración en asuntos multilaterales, científicos y logísticos», agregando que «destacaron el trabajo que ambos países están desarrollando para colaborar en temas científicos antárticos y de gestión de zonas protegidas, luego de la firma el año 2016 del Memorándum de Entendimiento entre el Instituto Antártico Chileno (INACH) y el Instituto Antártico Argentino (IAA), siendo prioritaria para ambos países la comprensión del fenómeno del cambio climático y sus impactos en la región Antártica«.

En estos puntos explica que es necesario conocer «qué es la relación antártica estratégica y que significa. Ambos países tienen reclamaciones superpuestas», subrayando especialmente que, en virtud de dichos antecedentes, optaría por limitar las relaciones en este escenario «solo a cosas del tipo patrulla naval antártica combinada y nada más».

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