Aunque en Chile el tema de la declaración conjunta en que Chile entregó todo su apoyo a las reclamaciones argentinas por las «Islas Falklands/Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes», que se traduce en la pretensión sobre el Pacífico Austral para legar a la Antártica y pasando a llevar el llamado Punto F del Tratado de Paz y Amistad de 1984, pasó inadvertida, el canciller trasandino Felipe Solá oficializaba el apoyo chileno en su cuenta oficial de Twitter señalando: «Agradecemos el respaldo que expresó el Gobierno de Chile, en la declaración conjunta, a nuestros legítimos derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes», y ese mismo 27 de enero Infogate publicó: «Punto 51: el texto indica que “el Presidente Piñera reiteró el respaldo del Gobierno de Chile a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes“, advirtiendo el grave error político-comunicacional del Presidente chileno de turno y cuyo error también es del canciller Andrés Allamand que con su silencio y falta de asesoramiento al Jefe de Estado, avaló este error que le podría costar muy caro a la soberanía nacional en un corto o mediano plazo.
Pero al grave error se sumó otro y nada menos que de parte de la directora de Fronteras y Límites chilena, así las cosas es evidente que la situación limítrofe con la Argentina volverá a ponerse candente en el corto o mediano plazo, considerando el secreto a voces que significa la delimitación en Campos de Hielo Sur que acercaría peligrosamente a Argentina al Pacífico hecho que está íntimamente relacionado con la reclamación contenida en la Plataforma Continental Extendida, tema tabú para la Cancillería y para los gobiernos de turno.