Definitivamente Argentina no partió en buen pie su relación con el flamante nuevo gobierno de Estados Unidos encabezado por Joe Biden, ya que al poco diplomático tuit con el que la Cancillería trasandina saludó a la nueva administración, sumó el verdadero desaire que le hizo a la visita del buque USCG «Stone» de la Guardia Costera del país norteamericano, al poner tantos problemas para su atraque en un puerto seguro, que virtualmente lo imposibilitó, llevando a la cancelación de la última parte de su viaje.
La unidad de la clase Legend -la más moderna de la fuerza de Guardacoostas estadounidense- efectuaba su primer periplo al Cono Sur con el objetivo de reforzar la cooperación marítima regional para combatir la pesca ilegal en aguas del Atlántico Sur -en especial de parte de buques de procedencia china-, en una gira que también incluyó a Guayana, Brasil y Uruguay.
Algo raro se percibió en el ambiente cuando el pasado 29 de enero la embajada estadounidense en Buenos Aires declaró súbitamente que «el buque STONE de la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) anunció que finalmente no visitará Argentina, tal como estaba previsto en su ruta inicial de viaje. Una evaluación exhaustiva de las condiciones halló desafíos logísticos que impiden el amarre de la nave en el puerto de Mar del Plata».
El buque Stone de @USCG finalmente no visitará Argentina debido a desafíos logísticos que impiden su amarre en el puerto de Mar del Plata. Su viaje incluyó otros países de la región y es parte de las acciones de cooperación en seguridad marítima de USCG. https://t.co/4JMShl2o55
— Embajadaeeuuarg (@EmbajadaEEUUarg) January 29, 2021
Sin embargo, la razones tras esta cancelación habrían resultado bastante más escabrosas en la realidad, según informó el medio argentino Infobae, razones que llevaron a un fuerte malestar en el Pentágono y el resto del gobierno estadounidense «por la escasa predisposición que mostró el gobierno argentino para que la misión se pudiera concretar«.
Y es que, aunque siguiendo los protocolos habituales cuando se trata de colaboración en temas de seguridad, las autoridades estadounidenses coordinaron las escalas del buque y programas de actividades en los distintos países considerados en esta gira, solo al llegar a tocar la puerta de la cancillería trasandina se encontraron con un cúmulo de problemas.
Desde el inicio se demoró la respuesta para luego dar «a entender que se podría utilizar el puerto de Mar del Plata». Pero desde Washington se advirtió que dicho puerto no contaba con el calado de seguridad suficiente para que atracara un barco de la envergadura del «Stone», a causa de sus históricos problemas de dragado, por lo que solicitaron trasladar la recalada al puerto de Buenos Aires.
«Pero en Buenos Aires la respuesta fue negativa e insistieron en que la única posibilidad era Mar del Plata, donde ya sabían que sería imposible. La escala tuvo que ser abortada y el último puerto sudamericano de la misión fue el de Montevideo», señaló Infobae.
El medio trasandino constató que en EE.UU. la descortesía fue tomada como una “ofensa importante”: “Pareció un gesto para quedar bien con sus aliados habituales y los sectores más duros del kircherismo, como si hubiese habido temor de mostrar la foto de un barco con la bandera de Estados Unidos que atracaba en el puerto a pocas cuadras de la Casa Rosada”, no pudiendo entender como, por una parte, piden a la Casa Blanca colaboración en la negociación con el FMI y un encuentro personal con el nuevo presidente, mientras en simultáneo se envían mensajes hostiles de este tipo hacia un país que busca rehacer sus vínculos con el continente.
