Las 18 empresas agrupadas en Barrio del Mar son parte de un proyecto piloto que busca proteger y poner en valor las dunas costeras, con el objetivo de frenar su deterioro.

Con la instalación de cercos y paneles de material educativo, más de 4 mil metros cuadrados de dunas del borde costero de La Serena y Coquimbo serán resguardas e identificadas para preservar y poner en valor este tipo de ecosistemas. La medida pretende protegerlas y fomentar su cuidado, considerando que las dunas y la vegetación asociada a ésta ocupan apenas el 5% de los 4.200 km de costa chilena.

Programa Piloto

Inicialmente, se intervendrán tres sectores, entre El Faro y Peñuelas, en los que se instalarán cierres perimetrales de baja altura, construidos con materiales de bajo impacto ambiental y paisajístico. También, se colocarán paneles informativos, de forma que los visitantes puedan entender la importancia de los sistemas de dunas y la biodiversidad asociada que en ellas se desarrolla.

Los 18 locales de Barrio del Mar -pub, restaurant y discotecas-, están ubicados en el borde costero de la conurbación Coquimbo y La Serena, es por eso que para la agrupación de empresarios es importante formar parte de esta iniciativa que encabeza la Corporación Regional de Desarrollo Productivo CRDP. 

En este sentido, la gerente de Barrio del Mar María Antonieta Zúñiga, plantea que  “no sólo estamos preocupados por mejorar la calidad comercial de nuestros locales asociados, de la seguridad del sector, y de cumplir todos los requerimientos y protocolos sanitarios para el resguardo de la salud  y experiencia de nuestros clientes y colaboradores; también nos preocupa profundamente el desarrollo del turismo en el borde costero, pero no de cualquier desarrollo, sino un desarrollo sustentable, amigable con el medio; y que ponga en valor nuestros atractivos naturales, integrándolos a nuestra oferta turística, como son los humedales, las aves playeras y la preservación de las plantas dunares que contribuyen a la sostenibilidad de nuestros sectores de playa. Pequeñas acciones como la que hoy estamos lanzando en conjunto con distintas agrupaciones e instituciones regionales ayudan a hacer sostenible todo este espacio, resguardando estos tapetes vegetativos que sirven para contrarrestar la erosión costera».

De hecho, las plantas que crecen en las dunas son claves dentro de estos ecosistemas para mantener la arena que es acarreada por el viento, manteniéndola fija en el lugar. Sin embargo, las acciones humanas -sobre todo en época de verano- origina la pérdida de esos frágiles lugares.

Por su parte Manuel Schneider, gerente de la CRDP, organismo encargado del proyecto explicó, que “las dunas marcan un hito para proteger todo el borde costero que le da sustento a la actividad turística de sol y playa, y también de cuidado al medio ambiente, que es uno de los ejes de trabajo», dice. Schneider agrega que esta actividad es el puntapié inicial y una invitación a que otras empresas puedan colaborar en nuevas etapas, puesto que la idea final es intervenir 6 kilómetros, desde el Faro de la Serena hasta la Caleta de Pescadores en Peñuelas, Coquimbo”.

Un trabajo conjunto

Esta iniciativa fue apoyada por el Gobierno Regional, los municipios de La Serena y Coquimbo y la Gobernación Marítima. Y desde el ámbito privado se sumaron la Agrupación Barrio del Mar, Celta, inmobiliaria EcoVista, la Universidad Católica del Norte y la ONG Olas Limpias.

El doctor y académico de la Universidad Católica del Norte, Wolfgang Stotz, explica que la vegetación existente en las dunas concentra la arena, generando un reservorio de este material que evita el deterioro de las playas, por ejemplo, ante casos de eventos naturales como una marejada.

Precisa que entre las distintas plantas existentes también están asociados insectos y aves. “Cuando transita la gente y pasan vehículos destruyen lo que a la naturaleza le costó un año o más generar”, sentencia.

También en esa línea, Andrés Eing, director de la ONG Olas Limpias y gerente Técnico de Inmobiliaria Ecovista, detalla que la iniciativa contribuye a la protección de la flora como una forma de solución sistémica al problema de la erosión. «La idea es que este modelo se replique a mayor escala y hacer un ordenamiento del borde costero que está muy sometido a presiones propias de la actividad comercial», subraya.

Por parte de la empresa privada, el diseñador y representante de la planta Celta en Coquimbo, Jaime Araya, sostiene que esta ayuda marca «una relación social importante en la comuna, y a tener más presente el cuidado del medio ambiente”, explicó.

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