El asalto al Capitolio (Congreso) de EEUU, generó una contundente reacción y «téngase presente» de los jefes de los Estados Mayores de las FFAA de EEUU, que analiza John Griffiths Spielman, jefe de Estudios de Seguridad y Defensa de AthenaLab.
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En su trabajo, el analista hace hincapié que «en un inusual comunicado previo al traspaso de mando presidencial difundido esta semana, los comandantes en jefes de los servicios armados de los Estados Unidos recordaron a los miembros de las distintas ramas que su deber es defender la Constitución. La carta es dirigida a la totalidad de la fuerza conjunta, que en suma considera aproximadamente 1,3 millones de fuerzas activas y más de 811.000 efectivos de la Guardia Nacional y reservistas».
Griffiths explica que el mencionado llamado «se hizo en el contexto de la subordinación al poder político civil de las FF.AA. y al cumplimiento de las respectivas leyes, resaltando la función apolítica y profesional en medio de la alta polarización vista tras la victoria de Joe Biden sobre el actual presidente Donald Trump«.
Es necesario recordar -sostiene el analista- que, en este modelo constitucional, los militares juran “apoyar y defender la Constitución de los Estados Unidos contra todo enemigo, externo e interno.” El documento condena la violencia de los últimos días, especialmente los hechos del 6 de enero, como un ataque directo al Congreso y a la Constitución, señalando que “fuimos testigos de hechos al interior del Capitolio inconsistentes con el imperio de la ley. Los derechos de libre expresión y de reunión, no le otorgan a nadie el derecho a recurrir a la violencia, sedición e insurrección.” Es decir, lo que prima es el estado de derecho, donde ninguna persona alguna ni grupo puede poner en riesgo esta condición de seguridad, que beneficia directamente a todos los ciudadanos.
John Griffiths, aterriza el caso a a realidad nacional planteando que: «En el caso de Chile, las Fuerzas Armadas como cuerpos armados son esencialmente obedientes y no deliberantes al poder político de turno legitimamente electo, en cuanto fuerzas profesionales, jerarquizadas y disciplinadas. Ello nos plantea preguntarnos, ¿si en una hipotetica situación de crisis institucional, con las autoridades operando fuera del marco normativo constitucional, la lealtad debe estar con las autoridades o con el cuerpo constitucional? Dicha definición es de suma importancia y no debiera ser dejada al libre albedrío en un futuro esfuerzo de establecer las normas constitucionales, acordes con el mejor modelo democrático que se desee definir».
Lea a continuación el análisis de AthenaLab:
Declaracion FFAA EEUU by Mario Estay on Scribd