La Directora Nacional de Fronteras y Límites del Estado de Chile, Ximena Fuentes Torrijo: publicó un artículo El Mercurio de Santiago el sábado 30 de enero que tituló “Plataforma Continental Extendida”. Es justo agradecer que, por primera vez en forma pública, la DIFROL manifieste en forma clara su rechazo a la trasgresión argentina al Tratado de Paz y Amistad (TPA) de 1984 por su ley de plataforma continental extendida. Se puede considerar esa declaración un avance, sin embargo, el artículo en comento debiera mover a alarma pública pues deja ver una candidez que asombra en una repartición pública que constituye la “primera línea” de la defensa de nuestra soberanía, en un tema tan relevante como las fronteras y los límites del Estado.
En efecto, tras una larga descripción del concepto de plataforma continental extendida, pretende justificar que, la transgresión argentina al TPA de 1984 por parte de la administración del Presidente Fernández, sería algo diferente y separado del apoyo de reclamación de soberanía sobre las Falklands, Georgias y Sandwich, dado que geomorfológicamente corresponde a un lugar geográfico distinto.
Si la Directora de Fronteras y Límites no entiende que las relaciones entre los Estados son relaciones de intereses y de poder, entonces estamos frente a una negligencia inexcusable. Las relaciones con Argentina conforman una ecuación de intereses y poder que tiene que estar balanceada en forma dinámica y en esa ecuación el interés y la soberanía nacional son el bien por preservar. Campos de Hielo Sur no está geomorfológicamente ligado con la Georgias, Falklands o Sandwich, tampoco con la Antártica, sin embargo, forma una parte vital de la ecuación que balancea nuestras relaciones con Argentina.
Entregar apoyo a un reclamo de soberanía argentino sobre territorios bajo soberanía británica nos resta de una buena dosis de poder e influencia en la mesa de negociación. Más aún, la declaración es posterior al gesto inamistoso de Argentina de trasgredir el TPA de 1984. La madurez para enfrentar las relaciones con Argentina, a la que apela la Directora de Fronteras y Límites no puede estar orientada por una visión cándida de las relaciones de estado. Tiene que estar orientada por un diseño estratégico integral de intereses y objetivos nacionales, en forma holística, donde cada carta en mano, política, diplomática, económica, tecnológica, militar y cultural se negocia en la mesa de intereses y de poder. Por favor, no caigamos de nuevo en la ineptitud demostrada en la aplicación de la teoría de las cuerdas separadas.
Sobre el autor: Richard Kouyoumdjian Inglis, es vicepresidente de AthenaLab.