Si bien en su declaración por micrófonos a la prensa no hubo ninguna mención al tema de las Falklands/Malvinas, en la declaración conjunta que los Presidentes Alberto Fernández y Sebastián Piñera firmaron ante las cámaras había un punto completo dedicado al enojoso problema del archipiélago.

Punto 51: el texto indica que «el Presidente Piñera reiteró el respaldo del Gobierno de Chile a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes«

Conocida es la postura argentina al respecto y su costumbre de incluir el tema en cada declaración internacional de la que son parte. Pero también es conocida la tradicional cercanía de nuestro país con el Reino Unido, aunque a lo largo de los años, diversos gobiernos se han encargado de realizar gestos en pro de la postura trasandina, sin estirar demasiado la cuerda.

Sin embargo, cuando un Mandatario efectúa una declaración pública abierta (aunque se trate de sólo una declaración «para la galería»), ello siempre implica a la larga algún tipo de impasse en un mundo diplomático que se esmera por mantener las formas.

Así, este miércoles, en un punto de prensa en La Moneda, el Presidente Piñera fue consultado directamente por la publicación hecha por la agencia estatal de noticias trasandina Télam, en la que se señalaba que en la declaración oficial conjunta que firmó con el Presidente Alberto Fernández, venía un apartado del respaldo de Chile a la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas.

Sobre ello, el mandatario afirmó breve pero tajantemente que «efectivamente, Chile siempre ha respaldado la pretensión y el derecho de Argentina sobre las Islas Malvinas, y por tanto la declaración conjunta de ayer ratifica ese apoyo que Chile le ha prestado a Argentina junto con muchas cosas nuevas». Ello, para luego desviar su respuesta por otros derroteros.

De esta forma, el mandatario nacional cedió a las presiones y pretensiones argentinas, entregando a su cancillería un importante triunfo diplomático, alineando a la región detrás de sus objetivos y poniendo en riesgo las propias pretensiones chilenas en los límites australes y antárticos que Piñera, en un acto verdaderamente irresponsable parece terminar apoyando, sea por omisión o ignorancia, propia o sugerida por nuestra Cancillería

Lo complejo será conocer qué debió dar a cambio Argentina para esta declaración pública y para estamparlo en el texto escrito de la Declaración Conjunta. Si es que hubo alguno.

La Declaración Conjunta

Pero, ¿qué decía la Declaración Conjunta firmada ayer martes?

En su punto 51, el texto indica que «el Presidente Piñera reiteró el respaldo del Gobierno de Chile a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. En este sentido, ratificó la necesidad de que los Gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden las negociaciones a fin de encontrar, a la mayor brevedad posible, una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y otros foros regionales y multilaterales».

En este párrafo, la mayor duda asalta en el respaldo nacional a los «espacios marítimos circundantes», una expresión altamente vaga que se cruza con los anuncios de la Casa Rosada sobre la expansión de la plataforma continental que reclaman y que, coincidentemente, afecta los derechos nacionales en los espacios marítimos al sur de las islas Diego Ramírez y la Antártica, espacios sobre los que nuestro propio reclamo aún no se ha concretado oficialmente ante la ONU y que no se hará antes de fines de año, según a señalado con anterioridad el canciller Andrés Allamand.

La Declaración continúa, señalando que «el Presidente Fernández expresó su agradecimiento en nombre del Gobierno Argentino por el tradicional apoyo del Gobierno de Chile en la Cuestión de las Islas Malvinas».

Añade finalmente en este punto que ambos mandatarios «reiteraron que la adopción de medidas unilaterales, incluyendo la explotación de recursos naturales, renovables y no renovables del área en controversia, no es compatible con lo acordado en las Naciones Unidas, y reconocen el derecho que le asiste a la República Argentina de emprender acciones legales, con pleno respeto a los tratados vigentes y del Derecho Internacional, contra las actividades no autorizadas en dicha área».

Lo anterior, en directa alusión al conflicto de los permisos de pesca concedidos por el gobierno de Falklands Islands en los espacios marítimos que reclama (y administra efectivamente) y los eventuales permisos de exploración y explotación de recursos petroleros en la plataforma del archipiélago y sus dependencias directas.