La pandemia ha disminuido el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Las cifras son alarmantes cuando hablamos de la demora en la realización de cirugías por cáncer de mama. Ante un posible rebrote los expertos plantearon la necesidad de buscar estrategias para solucionar este problema.
“Los clínicos deben aprender cómo manejar los riesgos para que los diagnósticos y tratamientos no sean evitados, aunque haya una pandemia importante”, señaló el profesor de Epidemiología y Estadísticas Vitales de London School of Hygiene and Tropical Medicine Michel Coleman en un reciente seminario organizado por la Cámara de Innovación Farmacéutica (CIF) denominado: Cáncer secuelas de la pandemia que no pueden esperar.
En la oportunidad se refirió a un estudio que informa sobre el impacto del retraso en el tratamiento curativo en los siete tipos principales de tumores: vejiga, mama, colon, recto, pulmón, cuello uterino y cabeza y cuello. De acuerdo con éste, en las tres principales modalidades de tratamiento (cirugía, tratamiento sistémico y radioterapia) se encontró que un retraso del tratamiento de cuatro semanas se asocia con un aumento del riesgo de muerte. Para la cirugía, este es un aumento del 6-8% y ese porcentaje aumenta para algunas indicaciones de radioterapia y sistémicas, con un 9% del riesgo de muerte para la radioterapia definitiva de cabeza y cuello y un 13% en el tratamiento sistémico adyuvante para el cáncer colorrectal.
De acuerdo con su análisis, el retraso en la búsqueda, diagnóstico y tratamiento del cáncer puede aumentar la mortalidad y, por ende, es necesario equilibrar el riesgo de contraer Covid versus el riesgo de no consultar frente a ciertos síntomas.
Si bien se sabe que en Chile el miedo al contagio es la principal razón atribuida a no consultar (60% aproximadamente), la suspensión de horas por parte de los proveedores es la segunda causa más frecuente (15% para nuevos problemas de salud y 30% para problemas de salud crónicos), siendo mayor en usuarios Fonasa y en personas de menor nivel socioeconómico (48,3 hogares del primer quintil versus 20,3 hogares del quinto quintil, según MIDESO 2020) y el impacto sustantivo en el diagnóstico y tratamiento de personas con cáncer es mayor en mujeres que en hombres.
De acuerdo con lo señalado por el profesor asistente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile Cristóbal Cuadrado, en su exposición “El impacto de la pandemia Covid-19 en la utilización de servicios y acceso a cuidados del cáncer en Chile”, más de 225 mil mujeres han dejado de realizarse controles preventivos esenciales como Mamografías y Papanicolau en el contexto de pandemia, solo en el sector privado. Adicionalmente, 189.733 personas no han accedido a exámenes diagnósticos esenciales para la prevención, diagnóstico y tratamiento precoz de cánceres frecuentes en la población chilena, como el cáncer gástrico o el cáncer colorrectal, y la mayor parte de ellas, son mujeres. “Tareas de cuidado vinculadas a roles de género podrían estar jugando un rol clave en este fenómeno”, analizó el experto.
El seminario -que fue trasmitido en vivo por el Canal de Youtube de la CIF y está disponible para ser visto en línea en eventos.cifchile.cl- también contó con la presencia del profesor de Sistemas de Salud Global de la Universidad de Harvard Rifat Atun, quien se refirió a las estrategias para disminuir las brechas en cáncer. En este sentido Atun expresó que es necesario mantener y ampliar los enfoques innovadores para mejorar la prevención, cuidado y control del cáncer; seguir invirtiendo en cobertura universal de la salud, expandirla y mantenerla en los países que la han logrado (cosa particularmente importante en los periodos de recesión económica) y, por último, invertir en intervenciones integrales para la atención del cáncer.
Luego de las exposiciones, se realizó un panel de discusión moderado por Óscar Arteaga, ex director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile e integrante del directorio de Fundación Foro Nacional del Cáncer, y que fue integrado por la senadora Carolina Goic; Paula Escobar, jefa del Departamento de Manejo Integral del Cáncer y otros tumores del MINSAL; Tatiana Corbeaux, directora general Oncoloop; Cristián Ayala, gerente general de la Fundación Arturo López Pérez (FALP) y Soledad Martínez, profesora asistente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.