Una dura crítica hizo el presidente de la poderosa Sofofa, Bernardo Larraín Matte, al Congreso por la forma en que están legislado, especialmente ahora que se debate en el Senado el segundo retiro del 10%, calificando como “populista”, “simplista”, “cortoplacista” y “polarizados”.
Larraín Matte participó en el “Encuentro Anual de la Industria” en donde valoró a los parlamentarios que están aportando a un ambiente con “responsabilidad, realismo y mirada de largo plazo”.
Sin embargo, apunto sus dardos a quienes los están haciendo con “simplismo, cortoplacismo, polarización, y por qué no decirlo, derechamente populismo”.
Sobre este último punto, el timonel de la Sofofa dijo que “se encuentran algunos integrantes de nuestro Congreso Nacional. Me refiero específicamente a aquellos parlamentarios que siguen profundizando ese parlamentarismo de facto que se autoarrogaron, sin mediar reforma constitucional alguna y que está causando, creemos estragos en nuestro país, en su economía y en las oportunidades de desarrollo social de chilenas y chilenos”.
Larraín Matte también apuntó a que “el abuso en la presentación de acusaciones constitucionales, es la muestra de ello (…) También es muestra de esta polarización es que los mismos que sostuvieron que el anterior retiro de los fondos de pensiones sería excepcional y único, hoy junto con muchos más parlamentarios se suman con entusiasmo a las elusiones constitucionales para desfondar las pensiones futuras, cuando la principal demanda de los ciudadanos, por el contrario, era mejorarlas; o que algunos de los mismo que firmaron el acuerdo del 15 de noviembre del año pasado, y que concurrieron a la reforma constitucional que los habilitó, que establecía con claridad que la convención constitucional sería integrada por 155 integrantes, hoy proponen subirlo a 180, torciendo claramente el espíritu de lo firmado, e instrumentalizando la legítima cuestión de los escaños reservados a los pueblos originarios”.
En ese sentido, explicó que “son esos mismos parlamentarios que siguen actuando como si el crecimiento no fuera un imperativo ético a estas alturas, suponiendo que el Estado puede distribuir ayuda eternamente e ignorando que la generación de empleos realmente dará dignidad, resiliencia y proyectos de futuro a las familias chilenas”.