Mientras gran parte del mundo, en especial occidente, ha luchado con suerte dispar para contener las nuevas olas de la pandemia de covid-19, casi sin que el resto del planeta se enterara, Taiwán acaba de cumplir 207 días consecutivos sin registrar un nuevo caso de transmisión local de la enfermedad.
La respuesta de la isla frente a la pandemia se ha transformado así en una de las más eficaces (sino la mas) a nivel planetario, ello luego que el último caso informado de transmisión local se registrara el 12 de abril.
Hasta este miércoles 4 de noviembre, se habían confirmado 568 casos, de los cuales solo 55 eran transmisiones locales, mientras que los casos fatales apenas han llegado a 7.
Los éxitos palpables
El logro histórico de Taiwán llega en momentos en que Europa occidental anuncia nuevos confinamientos y Estados Unidos registrara records de más de 90 mil casos diarios esta semana.
Y mientras medio mundo aún no sabe como detener los contagios masivos, Taiwán nunca ha tenido que promulgar confinamientos estrictos. Tampoco recurrió a restricciones drásticas a las libertades civiles, como en China continental.
Su respuesta se centró en la velocidad.
Las autoridades taiwanesas comenzaron a inspeccionar a los pasajeros en vuelos directos desde Wuhan, donde se identificó el virus oficialmente por primera vez, el 31 de diciembre de 2019, cuando el virus era principalmente objeto de rumores e informes limitados.
Taiwán confirmó su primer caso reportado del nuevo coronavirus el 21 de enero y luego prohibió a los residentes de Wuhan viajar a la isla. Todos los pasajeros que llegaban de China continental, Hong Kong y Macao debían someterse a un control.
Todo esto sucedió antes de que Wuhan se cerrara el 23 de enero. En marzo, Taiwán prohibió a todos los extranjeros ingresar a la isla, excepto a los diplomáticos, residentes y aquellos con visas de entrada especiales.
Las ventajas de Taiwán frente a Occidente
Pero, además, Taiwán tiene ventajas que sus contrapartes occidentales no tienen.
Uno es la geografía: Taiwán es una isla, por lo que es más fácil para los funcionarios controlar la entrada y salida a través de sus fronteras.
También tenía experiencia de su lado. Después de sufrir el brote mortal del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003, Taiwán trabajó para fortalecer su capacidad de hacer frente a una pandemia.
No era para menos, considerando que la isla tuvo la tasa de mortalidad más alta del mundo en el brote de SARS. En solo un hospital en Taipei, durante dicha epidemia, hubo 154 casos y 31 muertes.
Esta vez, en cambio, hubo una respuesta más rápida y eficaz por parte del gobierno. Una de las primeras cosas que hicieron las autoridades fue prohibir la exportación de máscaras protectoras, ya que eran esenciales para la población local.
En este escenario, el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, en una entrevista el mes pasado, señaló que «cuando escuchamos que había algunos casos secretos de neumonía en China donde los pacientes eran tratados de forma aislada, supimos que era algo similar«.
Las autoridades activaron el Centro de Comando Central de Epidemias de la isla -que se estableció a raíz del SARS- para coordinar entre los diferentes ministerios. El gobierno también aumentó la producción de mascarillas y equipos de protección para asegurarse de que hubiera un suministro constante de EPP.
El gobierno además invirtió en pruebas masivas y rastreo de contactos rápido y efectivo.
Por otra parte, en su experiencia, los taiwaneses han evitado las medidas de confinamiento. En ese sentido, el exvicepresidente taiwanés Chen Chien-jen, que es epidemiólogo de formación, dijo que los confinamientos no son ideales, añadiendo que el tipo de esquemas de pruebas masivas que se llevan a cabo en China continental, donde millones de personas son examinadas cuando se detecta un puñado de casos, también son innecesarios.
«El rastreo de contactos muy cuidadoso y las cuarentenas muy estrictas de los contactos cercanos son la mejor manera de contener al covid-19″, acotó la ex autoridad.